«Precario sólo es el desempleo o el empleo ilegal». Así de rotundo se muestra Luis Pérez, director de relaciones institucionales del grupo de empleo y recursos humanos Randstad, uno de los mayores del sector en España y a nivel internacional.
Las grandes empresas de empleo temporal, hoy constituidas en grupos que van más allá de la contratación eventual y que ofrecen servicios de recursos humanos de todo tipo y también selección estable de personal, siempre han sostenido que las economías europeas con mayores tasas de ocupación y menores índices de paro son precisamente aquellas en las que mayores facilidades se proporcionan a la contratación temporal de trabajadores y en las que se da una mayor penetración en el mercado de la intermediación en el empleo de este tipo de firmas.
«Un empleo temporal no es sinónimo de precario, no es negativo en sí mismo. Es una herramienta que termina dinamizando la economía y el empleo. Los modelos de contratación han cambiado paa siempre», asegura el directivo de Randstad.
El trabajo a tiempo parcial
Algo parecido sostienen otros expertos respecto al empleo a tiempo parcial. Sandalio Gómez, profesor experto en temas laborales de la escuela de negocios IESE Business School. Este centro de formación empresarial recomienda seguir impulsando el contrato a tiempo parcial, con las garantías debidas y las condiciones de trabajo adecuadas, en línea con las medidas que ya está aprobando el Gobierno. Es una fuente de generación de empleo y conciliación de la vida personal y profesional, sostienen.
Gómez pone como referencia Holanda, donde el paro es del 7%, se concilia la vida laboral y se disfruta de un mercado especialmente competitivo y productivo. Asegura que los empresarios de este país han comprobado que este tipo de contratos flexibiliza la organización del tiempo de trabajo al tiempo que se mantiene la productividad. Además, advierte que los sindicatos deben darse cuenta de que no es un contrato precario si se ofrecen los mismos derechos y salarios que en el resto de tipos de contratación.
Debate estéril sobre la calidad del empleo
Ese debate sobre si el empleo que se está creando fundamentalmente en España puede considerarse excesivamente precario tampoco es evitado por Josep Oliver, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona y director del Índice Laboral ManpowerGroup, uno de los informes más minuciosos sobre le evolución del empleo y el paro en nuestro país.
Según Oliver, en esta fase de la recuperación el empleo tiene que ser necesariamente precario porque es razonable que las empresas comiencen a contratar de esa forma. Además, señala que los empleadores seguirán siendo prudentes durante unos trimestres, hasta que se confirme la recuperación, aunque ya se dan algunos indicios de una mejora en la contratación indefinida, en el crecimiento de los trabajos a jornada completa y en el descenso de la subocupación, que es como se denomina a aquellos profesionales que desean trabajar más horas de las que le ofrece su actual ocupación.
A veces, recuerda Oliver, no somos conscientes de lo profunda de esta crisis, con dos recesiones casi consecutivas en siete años, en la que se han perdido 3.802.800 empleos.
Para el profesor Oliver es estéril el debate sobre el alto nivel de empleo de escasa calidad, precario o temporal que se está generando. «Primero tiene que ser así», señala, y cuando se pruebe la fortaleza de la recuperación irá mejorando en calidad, habrá más contrataciones indefinidas, más horas de trabajo, menos jornadas parciales y más a tiempo completo. Una positiva tendencia que ya comienza a comprobarse poco a poco.
La devaluación salarial
El catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona justifica la famosa devaluación interna de los sueldos: «Para recuperar la competitividad no quedaba otra alternativa porque ya no se puede devaluar una peseta que no existe. Era la única salida para que España no tuviera que abandonar el euro. Y no hay precedentes en el ajuste que nuestro país ha conseguido hacer en este tiempo sin la posibilidad de devaluar la moneda. Eso ha hecho cambiar a Europa la percepción sobre nuestro país». Es una cuestión de confianza internacional en la Europa del euro, en general, y en nuestra economía en particular.
Además, cree que aún es pronto para demasiadas alegrías fiscales y advierte del peligro de que los sueldos crezcan ya en España porque cree que la clave de la recuperación no está tanto en la demanda interna por la mejora del consumo sino en mantener la competitividad ganada en aras de las exportaciones.