Alemania y Argentina se juegan en Maracaná el trofeo más preciado del fútol: la Copa del Mundo. La FIFA entrega el actual trofeo desde el año 1974, ya que en 1970 Brasil se quedó en su poder con la Copa Jules Rimet tras ganar su tercer Mundial en México 1970, algo que nunca más volverá a ocurrir, porque la FIFA ya no cede el trofeo al campeón en ningún caso.
El trofeo Jules Rimet fue el galardón que levantó el campeón del mundo desde el primer Mundial, el de 1930, hasta 1970. Este trofeo tuvo una vida merecedora de ser contada.
Sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial en una caja de zapatos
Después de que Uruguay lo ganara por primera vez en 1930, residió durante los dos siguientes Mundiales en Italia guardada en una caja de zapatos. Al estallar la Segunda Guerra Mundial, el presidente de la federación italiana y vicepresidente de la FIFA, Ottorino Barassi, lo escondió de los nazis debajo de su cama tras sacarlo en secreto del banco en el que estaba guardado.
Un perro la encontró en un jardín de Londres en 1966
En Inglaterra 1966, la Copa fue robada en Londres mientras era exhibida en Westminster. La FIFA decidió hacer una réplica para que el ganador obtuviera su trofeo, pero la Jules Rimet apareció a los pocos días entre los arbustos de un jardín, donde un perro llamado ‘Pickles’ la encontró. En 1997 se subastó dicha réplica por 254.500 libras.
En el partido inaugural del torneo, la reina Isabel saludó a los jugadores en el campo junto al perro el que había recuperado el trofeo robado. Tras el 0-0, la prensa británica se mofó de Alf Ramsey, el primer entrenador inglés que cobró por dirigir a su selección y que había predicho: «Ganaremos el Mundial». Tres semanas después, le rindieron pleitesía porque Inglaterra ganó el Mundial.
Cuatro argentinos la robaron en Río de Janeiro en 1983
La FIFA entregó en propiedad a Brasil la copa Jules Rimet en 1970 al haber ganado el trofeo en tres ocasiones, algo que no volverá a ocurrir ya que desde entonces ningún campeón se queda con la copa original. Más de una década después, en 1983, cuatro argentinos relacionados con el negocio del oro el robaron la copa en Río de Janeiro, expuesta en la sede de la Confederación Brasileña de Fútbol.
Fueron detenidos en 2013 por la policía brasileña y todos declararon haber fundido la pieza para la venta de oro y plata. Sin embargo, tras el fallecimiento de tres de los autores del robo, el únio superviviente cambió su declaración y dijo haber vendido el trofeo a un coleccionista italiano que les había pagado 100.000 dólares para llevar a cabo la operación.
El trofeo Jules Rimet nunca volvió a aparecer. Algunas versiones afirman que está fundido en oro y plata, otras que comparte salón con otros piezas de museo en alguna casa de un coleccionista y la tercera versión es que nunca sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial y sólo hubo réplicas posteriores.