El Supremo ha fallado que el Ejecutivo debe «proteger, preservar, rehabilitar y restaurar el ambiente marino» en el Bajo de Masinloc (también conocido como Banco de Scarborough), el Banco de Ayungin (también Banco Tomás Segundo) y el arrecife de Panganiban.
Asimismo, ha recalcado que la decisión debería llevar al Gobierno a hacer más para evitar violaciones de las leyes medioambientales en aguas filipinas, especialmente en la Zona Económica Exclusiva del país, según ha informado el diario local ‘The Philippine Star’.
Las demandas fueron presentadas por comunidades pesqueras de dos provincias que alegaban que las actividades chinas violaban el fallo de 2016 del Tribunal Permanente de Arbitraje, en un caso ganado por Manila.
El presidente filipino, Rodrigo Duterte, ha sido acusado de no aprovechar las ventajas de dicho veredicto y de conceder a Pekín varias demandas estratégicas para conseguir inversiones por parte del gigante asiático.
Por contra, el mandatario advirtió a China a principios de abril de que una guerra podría empezar si ocupa la isla Thitu, situada en las disputadas aguas del Mar de China Meridional.
«Esto es un consejo para mis amigos, ya que somos amigos con China. No pienso suplicar. Simplemente pido a China que se despida de Thitu porque tengo a mis soldados allí», dijo.
Las declaraciones de Duterte llegaron después de que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Filipinas denunciara la presencia «ilegal» de cientos de barcos chinos cerca de una isla ocupada por Manila en una zona en disputa en aguas del mar de China Meridional, una acción que definió como una «clara violación» de la soberanía filipina.
La presencia de barcos en las inmediaciones de la isla Thitu de forma continuada y en periodos recurrentes ha suscitado preocupación en cuanto a la intención de estas embarcaciones y por la posibilidad de que estén intentando apoyar «objetivos coercitivos», según el Gobierno filipino.
Los datos militares muestran que Filipinas ha supervisado la presencia de más de 200 barcos chinos cerca de la isla de Thitu, también conocida como Pagasa por los residentes locales, desde enero a marzo de este año.
Además de Filipinas, Brunéi, China, Malasia, Taiwán y Vietnam reivindican la soberanía en algunas zonas del mar de China Meridional, por donde cada año pasan buques con mercancías por valor de 3,4 billones de dólares.