El 44,5 % de los niños españoles de entre 6 y 9 años sufre un exceso de peso que suele estar asociado a hábitos como no desayunar, dormir menos horas de las recomendadas, destinar demasiado tiempo a ver la televisión o jugar a la videoconsola, un «ocio sedentario» que les aleja del ejercicio.
Son datos del estudio Aladino, elaborado por la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan), basado en hábitos de más de 7.500 niños españoles de 6 a 9 años y analizado este miércoles con motivo del Día Nacional de la Nutrición bajo el lema de «Comer sano es divertido, la obesidad infantil no».
El 26,2 % de los menores tiene sobrepeso y más del 18 % padece obesidad, una patología que sobre todo afecta a aquellos niños que no desayunan o no lo hacen de la forma adecuada, y es que apenas el 3,8 % de los niños toma un «desayuno completo con leche, cereales y fruta», ha precisado el doctor Juan José Díaz.
Este experto de la Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica ha insistido en la importancia de «concienciar a los más pequeños para que siempre desayunen» de forma saludable y suficiente, pues el 21,2 % sólo toma leche, más del 73 % nunca ingiere pan integral y apenas el 8,8 % incluye fruta o zumo natural.
La falta de sueño también engorda
Además, muchos niños no van andando al colegio y «pierden una oportunidad muy sencilla» de hacer ejercicio, pues el 90 % de los menores que tienen que desplazarse más de dos kilómetros para llegar al centro optan por el coche, el transporte público o el autobús escolar mientras que casi la mitad de quienes viven más cerca hacen el trayecto a pie.
Según los resultados del estudio, las horas de sueño también influyen en el peso de los menores. Los niños con exceso de peso dedican significativamente menos horas a dormir, tanto los días laborables como los fines de semana. Entre los niños que duermen menos de 8 horas diarias, el 60% tienen sobrepeso u obesidad.
Entre los familiares de los niños obesos ha habido más diagnósticos de diabetes, hipertensión arterial e hipercolesterolemia en el último año en comparación con los niños con normopeso o sobrepeso.
También se observa que el hecho de que los padres no fueran fumadores se vincula con un mejor peso de los hijos, mientras que hay un mayor porcentaje de niños obesos (19,5%) en las familias en las que ambos padres fumaban.
El índice de masa corporal (IMC) autodeclarado de los padres muestra una clara asociación con la situación de su hijo/a (padres con obesidad se asocian a hijos con obesidad).
Por último, la presencia de sobrepeso y obesidad se asocia al nivel socioeconómico familiar, observándose una menor prevalencia de sobrepeso y obesidad al aumentar los ingresos familiares.