Muchos movimientos independientes en América Latina dan su vida por intentar mejorar las condiciones de los más pequeños. Quizás una de las más sorprendentes es la de las NAT, las organizaciones en defensa de los niños, niñas y adolescentes trabajadores, las instituciones que luchan por la erradicación de la explotación infantil y abogan por la dignificación del trabajo de los niños.
La situación es la siguiente: ya que se ven obligados a trabajar, los pequeños reivindican hacerlo, al menos, en condiciones dignas. Bolivia ha sido uno de los máximos ejemplos de lucha por los derechos de los niños trabajadores, que ha conseguido negociar con el Senado una regulación que les permite estar en las mismas condiciones y con los mismos derechos que los adultos.
Perú sigue los mismos pasos, con organizaciones como el Movimiento de Adolescentes Hijos de Obreros Cristianos (MANTHOC), que luchan por defender empleos dignos para los menores. Pero ¿cuáles son, exactamente, los objetivos de estas organizaciones?
Por ejemplo, el NAT de Bolivia (UNATSBO) tiene como principal objetivo mejorar la vida para todos los niños, niñas y adolescentes de trabajadores. Para ello, fomentan que el Estado y la sociedad civil “conozca y reconozca la problemática y el movimiento social de las NAT”, que sirven como “espacio que hace respetar los derechos de todos los niños, niñas y adolescentes”.
Así, su intención es la de “incrementar y fomentar la participación protagonista” así como la de fomentar “la integración de niños, niñas y adolescentes y sociedad civil, sin discriminación”. El proyecto de El trabajo es crecer, que es el que está detrás de la UNATSBO y de otras NAT de América Latina, pretende que, antes de que finalice el año, se consiga haber realizado cursos “orientados a fortalecer las competencias” de los niños “para canalizar opiniones, construir demandas y formular propuestas a nivel municipal y nacional”.
Además, la UNATSBO y otros organismos intentan fortalecer las “redes y movimientos” para establecer plataformas comunes de acción y participación a nivel nacional y municipal: encuentros locales para intercambiar experiencias en torno a la situación y exigibilidad de derechos o foros de debate sobre temas vinculados al trabajo infantil.
Otro de los objetivos es el de crear una estrategia para dar a conocer una corriente de opinión favorable a los derechos de la infancia, basada en la sensibilización y formación de 520 estudiantes de periodismo y comunicación en temas de infancia, derechos, participación e incidencia; la organización de foros de debate sobre el derecho a la participación de los niños y adolescentes, y la difusión de boletines sobre los procesos en marcha.
El NAT cristiano de Perú
En Perú existe un NAT cristiano que se denomina Movimiento de Niños y Adolescentes Trabajadores Hijos de Obreros Cristianos (MANTHOC) y que también lucha por los derechos laborales de la infancia, y que trabaja en tres líneas de acción.
Por un lado, en la educación: el MANTHOC ofrece apoyo para que los niños trabajadores puedan seguir estudiando. Da refuerzo escolar, nivelación y ayuda para retornar a la escuela y, además, también tiene cursos de capacitación y formación en diferentes vocaciones.
La segunda línea de acción es la de la organización: MANTHOC cree que los poderosos pueden acabar con un niño solo, pero no con un movimiento unido. Así, fomentan un sentimiento de colaboración y unión para trabajar juntos por los derechos laborales de los niños, niñas y adolescentes trabajadores. Todo el movimiento de la organización se hace en base a la evangelización como medio para concienciar y hacer justicia para todos.
Este organismo se organiza por barrios y además, recibe apoyo de parte de los principales proveedores al por mayor, que ofrecen sus productos a un mejor precio para que los niños puedan venderlos.
Trabajar en condiciones dignas, su finalidad última
Con la inocencia en los ojos, muchos de los pequeños de la asociación boliviana se sentaron en la mesa de negociación del Senado para debatir antes de aprobarse una legislación que, desde el pasado mes de junio, permite a los menores trabajar; principalmente desde los 14 años, aunque desde los 10 en casos excepcionales. El diputado oficialista Javier Zavaleta aseguraba que el Gobierno, con niños y niñas, está “dispuesto a darlo todo” pero que era un debate complejo “porque persiguen ideales que a veces son difíciles de cumplir”.
“Nosotros nos reuníamos con ellos y son niños inteligentes que entendían nuestras razones, y sabían que si ellos pudieran elegir, no estarían trabajando. Estarían jugando, en una guardería o en un colegio”, asegura. Aunque esta afirmación parece no estar tan clara cuando los pequeños de la UNATSBO, que se reúnen cada 15 días, hablan del trabajo.
Por ejemplo, Rodrigo cree que los convenios internacionales como el de la OIT que prohíbe que los menores de 14 años trabajen no se adecuan a la realidad boliviana. “Son convenios que hace la ONU o la OIT, pero creo que se firman sin haber pasado mucho tiempo aquí, en Bolivia, y deberían firmarse en base a la actualidad”, explica.
De la misma opinión es el mandatario boliviano que, en su opinión, considera que no debería prohibirse por ley el trabajo infantil porque es producto de la necesidad de las familias en algunos casos, y también ayuda a que los niños tengan conciencia social.
La senadora del Movimiento Al Socialismo (MAS) Gabriela Montaño, señaló que el proyecto de ley apunta a erradicar las causas del trabajo infantil, pero no pretende su eliminación. «En el caso del trabajo, lo que estamos tratando de hacer es equilibrar, es decir, proteger al niño o niña trabajadores», apostillaba.
Aunque se permite el trabajo de los niños desde los 10 años de edad, éste deberá realizarse por cuenta propia, sin depender de un empleado, hasta que el menor cumpla los 14 años, tal y como explicó la Agencia Boliviana de Información (ABI).