Al menos 300 personas murieron a causa de la ola de violencia que estalló el jueves en Bangui, capital de la República Centroafricana degenerando en una masacre, según indicó este viernes a la agencia AFP un responsable de la Cruz Roja centroafricana, que pidió no ser identificado.
Al sumar los cuerpos depositados en las morgues de los hospitales, en los lugares de culto y los recogidos en las calles de la capital por los equipos de la Cruz Roja, el balance provisional se eleva a 281 muertos, añadió ese responsable, recalcando que los socorristas no habían podido ingresar el viernes antes del toque de queda (18:00 h, hora peninsular española) a todos los barrios afectados por la violencia.
El ejército francés lanzó su operación en República Centroafricana, reforzando en un primer momento el viernes sus patrullas en Bangui, donde se temían nuevas muertes, después de la ola de violencia.
Al caer la noche de este viernes no se habían señalado nuevos hechos de violencia de gran magnitud, aunque pocos minutos antes del toque de queda, aviones de combate, imposibles de identificar, sobrevolaron la capital.
Por temor a nuevos ataques, varios miles de habitantes de Bangui se congregaron en las inmediaciones del aeropuerto, donde el ejército francés y la fuerza africana tienen sus bases, según comprobaron periodistas de la AFP.
Fue en esa zona donde soldados franceses mataron el jueves a varios ocupantes de una camioneta que disparaban contra civiles, indicó el viernes en París el estado mayor del ejército.
El jueves al alba, desde «una camioneta armada abrió fuego en tres ocasiones contra civiles y las tropas francesas. A la tercera tanda de disparos, respondimos y destruimos el vehículo», indicó el portavoz del estado mayor.
Este enfrentamiento se produjo antes de la autorización dada por la ONU a la operación francesa en el país, el jueves por la tarde. «La operación empezó» y las fuerzas francesas presentes en la República Centroafricana «desplegaron patrullas en Bangui», dijo el ministro francés de Defensa, Jean-Yves Le Drian, en declaraciones a la radio RFI.
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una resolución que autorizaba el envío de una fuerza africana (MISCA), apoyada por tropas francesas, para proteger a la población y ayudar a restaurar la seguridad enel país.
En el aeropuerto, de donde las patrullas de blindados salen hacia la capital, el ejército francés seguía aumentando su dispositivo. Un convoy terrestre, procedente de la ciudad portuaria camerunesa de Douala, se disponía igualmente a entrar a República Centroafricana.
Por su parte, Londres puso a disposición de la operación un gran avión militar carguero C17.
Con excepción de las inmediaciones del aeropuerto, las calles de la capital permanecieron desiertas durante todo el día.
En el barrio de la Asamblea Nacional, la Cruz Roja centroafricana recogió decenas de cadáveres abandonados en la ciudad desde los violentos enfrentamientos del jueves, a los que siguieron mascares, con armas de fuego o machetes.
La presidencia centroafricana pidió el viernes a todas las fuerzas de defensa y seguridad que regresaran a sus cuarteles, autorizando únicamente a las fuerzas poanafricana, francesas y de la seguridad presidencial, a patrullar en Bangui.
Durante la noche del jueves, se escucharon disparos esporádicos de armas automáticas en varios barrios de la capital, según habitantes contactados por la AFP. «No sabemos por qué disparaban», explicó un residente del barrio Ben Zvi.
El presidente francés François Hollande anunció el jueves una acción militar «inmediata» de Francia en la República Centroafricana, poco después de que la ONU aprobara una resolución en ese sentido. La «intervención francesa será rápida» y no está destinada a durar mucho tiempo, dijo el presidente francés en una breve declaración televisiva.
«Una compañía llegó a Libreville [la capital de Gabón] ayer por la noche y hoy [viernes] un destacamento de helicópteros estará en la zona», explicó el ministro Le Drian.
La misión de los militares franceses, que apoyan a las fuerzas africanas ya desplegadas, es mantener «un mínimo de seguridad para que pueda ponerse en marcha una intervención humanitaria, algo que hoy no es posible», dijo el ministro. Se trata, según Le Drian, de «poner en seguridad las calles y los itinerarios principales para permitir que la gente pueda ir al hospital».
El ejército francés también quiere contribuir a que «las fuerzas africanas puedan mantener la seguridad del territorio a la espera de la transición política», añadió.
La República Centroafricana está sumida en el caos desde que la coalición rebelde Seleka, mayoritariamente musulmana, depuso al presidente François Bozizé en marzo pasado. Un gobierno de transición liderado por un exrebelde perdió luego el control del país, y grupos rivales cristianos y musulmanes protagonizan desde entonces sangrientos enfrentamientos.
El temor a las atrocidades han provocado el éxodo de decenas de miles de personas. Según la FAO (la agencia de la ONU para la alimentación y la agricultura), cerca de 1,3 millones de centroafricanos «necesitan ayuda alimentaria urgente a causa de los disturbios».
EEUU felicita a Francia por su intervención
Por su parte, el gobierno estadounidense felicitó este viernes al Ejército francés por lanzar la operación para restablecer la seguridad en la República Centroafricana.
«Creemos que el fuerte liderazgo de Francia, despachando 800 soldados adicionales y su apoyo a la misión de estabilización Misca, liderada por la Unión Africana, envía un fuerte mensaje a todas las partes de que la violencia debe cesar», dijo la portavoz adjunta del Departamento de Estado, Marie Harf.
Ban condena brote violencia y pide fin de ataques
Mientras, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó el último brote de violencia desatado en la República Centroafricana e hizo un llamamiento a todas las partes para ejercer «moderación» y poner fin a los ataques.
«El secretario general está siguiendo de cerca la situación en la la República Centroafricana y está alarmado por la escalada de la violencia intercomunal», dijo este viernes la oficina del portavoz de la ONU en un comunicado.
Ban indicó que los informes que llegan desde el país africano son «sombríos» e incluyen enfrentamientos cada vez más profundos entre las comunidades cristianas y musulmanas y los grupos armados «de consecuencias trágicas».
Después del ataque del jueves en Bangui, la misión de la ONU en República Centroafricana (BINUCA) ha reportado que durante la pasada madrugada continuaron los asesinatos, así como la quema de cientos de viviendas en Bossangoa.
La oficina de la Alta Comisaría de la ONU para los Derechos Humanos expresó su preocupación por la situación en la capital, Bangui, y en Bossangoa, donde el jueves se informó de la muerte de más de un centenar de personas, incluidos al menos siete niños.
«El terrible ciclo de violencia y venganza debe terminar de forma inmediata», dijo el secretario general, quien pidió proteger a la población civil y llamó a las partes a ejercer «moderación» y exigió que los responsables sean llevados ante la justicia.
También recordó la necesidad de facilitar la asistencia humanitaria y crear las condiciones para el retorno del orden constitucional en el país, siguiendo el calendario marcado por el acuerdo de transición.