Rosario Porto, madre de Asunta, la niña asesinada en Santiago el pasado 22 de septiembre, ha enviado una carta a Telecinco donde se recoge en 51 lineas y 377 palabras, las primeras palabras sobre la culpabilidad o no trágica muerte de su hija.
Empieza la carta diciendo: «Imaginará como me siento al ver mi intimidad profundamente violada. Las circunstancias que rodean el fallecimiento de mi hija considero que no son de interés para nadie, más que para los afectados directamente«. Además, se declara una persona «discretísima» y «muy celosa» de su privacidad.
Porto añade que «las afirmaciones que se han vertido sobre mí, casi la única cierta es que soy una persona discretísima» y afirma con rotundidad que «mi inocencia tan sólo debe ser contrastada en sede judicial«.
Rosario Porto se siente molesta por «tantas veces vulnerado secreto de sumario» ya que «se han cometido múltiples irregularidades en el proceso de la muerte de mi hija«.
La acusación que pesa sobre Rosario Porto y su ex y padre de la víctima se ha elevado de homicidio a asesinato y en el endurecimiento de la calificación han pesado las pruebas forenses –sangre, gástricas y de pelo– al revelar que Asunta era sedada con Lorazepam, un ansiolítico cuyo registro más alto corresponde al día 21, jornada en la que murió la menor.
Porto, en esta misiva, habla de la muerte de su hija, nunca de asesinato. Tanto ella como Basterra, los únicos imputados, siempre han negado los hechos. Están encarcelados en el penal coruñés de Teixeiro desde el 27 de septiembre.
El cuerpo sin vida de Asunta fue hallado por dos viandantes sobre un talud en el municipio de Teo, próximo a Santiago de Compostela. Sobre el caso, que instruye el magistrado José Antonio Vázquez Taín, continúa vigente el secreto de sumario.
La carta al completo:
Estimado Sr. Fusté,
Tal y como usted presumía son muchas las peticiones que he recibido para intervenir en diversos medios de comunicación. Por ello, desde un principio, tomé la firme decisión de no participar en ninguno de ellos.
De todas las falsas afirmaciones que se han vertido sobre mí, casi la única la única cierta es que soy una persona discretísima y muy celosa de su privacidad. Imaginará usted cómo puedo sentirme al ver mi intimidad profundamente violada.
Sin embargo, por el tono de su carta y su correctísima forma de dirigirse a mí, he pensado que su compañera Neus Sala y usted merecían una respuesta mía.
Insisto, por el fondo y por la forma de su carta, seguro que realizan un programa muy serio.
Las circunstancias que rodean el fallecimiento de mi hija, considero que no son de interés para nadie más que –por desgracias- para los directamente afectados. Pero, por si el dolor de esta terrible perdida no fuera suficiente, he tenido que asistir atónita feo, feroz y absurdo sensacionalismo.
Comparto con ustedes la perplejidad por las múltiples irregularidades que considero se han cometido, y se siguen cometiendo en la investigación e instrucción del crimen de mi hija. Tan sólo confió y espero que todas ellas sean puestas en evidencia cuando se levante, el tantas veces vulnerado, secreto de sumario.
De la misma manera que les agradezco que manifiesten su creencia en la presunción de inocencia, tan poco presente en la deontología periodística de este país. Y, precisamente porque mi inocencia tan sólo debe ser contrastada y certificada con sede judicial, pretendo mantenerme apartada de los medios de comunicación de masas por completo, no tengo ninguna intención de participar en el circo mediático.
Aprovecho para reiterarles mi agradecimiento por la oportunidad que me brindan y que yo, educadamente, rechazo. Así mismo rogaría que si tratan ustedes el tema, lo hagan con el respeto y rigor que la memoria de mi hija merece.
Atentamente les saluda,
Rosario Porto