La propuesta de Rajoy para que los Ayuntamientos sean gobernados por la lista más votada ha sido presentada como una medida de regeneración democrática. Según avanzó a principios de julio el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se trata de «elegir de forma directa a los alcaldes». El presidente del Ejecutivo quiere que la lista que obtenga más votos en los comicios se haga con la alcaldía si tiene más del 40% de los votos y supera en 5 puntos a la segunda formación más votada.
Aplicando los datos de los últimos comicios locales de 2011, el PP, que actualmente gobierna en 34 de las 50 capitales de provincia y en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, sólo conseguiría avanzar su mapa del poder municipal en dos alcaldías más: la de Lugo y la de Zaragoza gobernadas desde las municipales pasadas por los socialistas.
En los comicios, el PP cosechó mayoría absoluta en un total de 31 capitales de provincia de toda España, aunque también ha conseguido gobernar en Huesca, gracias al apoyo del PAR, en Vitoria, donde fueron son primera fuerza política pero no lograron los 14 concejales necesarios para la mayoría absoluta, y en Oviedo, donde su alcalde fue reelegido aunque esta vez gobierna en minoría.
En Oviedo, los populares solo se hicieron con el 33,79% de los votos, lo que les llevó a pactar con el PSOE (20,31%) para lograr la mayoría absoluta.
En la capital de Euskadi, los populares obtuvieron en 2011 un porcentaje de votos similar al alcanzado durante los comicios de 2007. Se hicieron con 9 concejales, mientras PNV, PSE y EA tuvieron que conformarse con 6 representantes en la alcaldía.
La localidad de Huesca, donde durante el periodo 2007-2011 gobernaba en coalición el PSOE-PAR, el PP consiguió dar la vuelta al mapa político de los oscenses e imponerse a los socialistas con el 38,06% de los votos (el PSOE obtuvo 31,5%), aunque esta ventaja le impidió hacerse con la mayoría absoluta lo que le llevó a pactar con el Partido Aragonés (PAR).
El partido liderado por Mariano Rajoy también se hizo con las alcaldías, al haber obtenido mayoría absoluta, de las dos capitales de provincia extremeñas, Cáceres y Badajoz, así como con las localidades de Madrid, Santander, Logroño y Murcia.
A parte de estas dos localidades, con la reforma electoral planteada por el jefe del Ejecutivo, los populares se harían además con el control de Zaragoza y la capital lucense.
Zaragoza y Lugo son las dos únicas capitales de provincia que con la nueva reforma electoral pasarían a manos del PP. En la capital de Aragón, los del Partido Popular se hicieron con el 41,26% de los votos y se situaron 5 puntos por encima de la segunda fuerza más votada. Los socialistas, los siguientes en la escala, sólo computaron el 27,14% de los votos pero se hicieron con el control de la alcaldía al pactar con la Chunta Aragonesista e Izquierda Unida, ambas con tres concejales cada una.
Por su parte, en la provincia gallega, en la que actualmente gobiernan los socialistas, el PP consiguió un 44,25% de los votos que le otorgaron 11 concejales. El PSOE se quedó a seis puntos con 38,32% sobre el total.
En lo que respecta al PSOE, que hizo efectivas su mayoría absoluta en Cuenca, Soria y Lleida, y que gobierna también en Lugo y Ourense con apoyo del BNG, en Segovia y Toledo con el de IU, y en Zaragoza, donde Juan Alberto Belloch está por tercera vez al frente de la alcaldía gracias al voto favorable en la investidura de IU y CHA, sólo perdería dos alcaldías (la de Lugo y Zaragoza). Pese a que en Toledo y Segovia la formación socialista supera el 40% de los votos, no se distancia por 5 puntos de la segunda fuerza más votada.
Fuera del terreno de las capitales de provincia es donde los populares ganarían más terreno como en el caso de Vigo, una de las ciudades más grandes de Galicia. En esta localidad de la provincia de Pontevedra, el PP obtuvo el 42,39% de los votos y aunque se distanció en 8 puntos del PSOE, a día de hoy se encuentra en manos del PSOE. Es por ello que la respuesta de su alcalde no se ha hecho esperar. El socialista Abel Caballero sostuvo este miércoles que, al impulsar la elección directa de alcaldes sin consenso, el PP pretende “preservar alcaldías de forma antidemocrática” a escasos meses de las elecciones municipales y autonómicas.