Los alumnos de Derecho de la Universidad Rey Juan Carlos han asistido a una clase especial este ocho de marzo. El profesor y catedrático Luis María Cazorla ha dejado el derecho tributario a parte para hablar de las mujeres en el mundo del derecho. En este contexto, ha aprovechado para acercar a los estudiantes la vida de su hermana, la jurista Soledad Cazorla.
La mención a Soledad Cazorla no es baladí en un ocho de marzo. Esta jurista nacida en Larache (Marruecos) consiguió ser la primera Fiscal de Sala contra la Violencia sobre la Mujer de España, cargo que ocupó 10 años, y una de las impulsoras de la ley de igualdad de 2004.
También fue ella quien dirigió la acusación popular contra el banquero Mario Conde por la gestión de ‘Banesto’.
Su labor por los derechos de las mujeres es infinita. Sus intervenciones en foros públicos, conferencias, reuniones con asociaciones de mujeres son innumerables, así como los encuentros internacionales en defensa de la mujer. Formaba parte del Observatorio contra la Violencia de Género, el organismo creado por el Consejo General del Poder Judicial en 2002 para la recopilación y publicidad de los datos de la violencia de género.
Durante sus años en los tribunales tuvo tiempo de constatar el trato machista que en ocasiones afloraba para las víctimas y testigos, tal y como afirmó en una de sus entrevistas a la prensa. “A nuestras víctimas por malos tratos no se les cree igual que a otros testigos, no sé por qué. Tienen que demostrar más que cualquier otra persona que denuncia algo”. También cargó públicamente contra el mito de las denuncias falsas en varias entrevistas, asegurando que no pasan del 0,013 por ciento de los casos.
Aunque no todos la conocen hoy, su labor pervive. Siendo una de las primeras mujeres juristas en llegar a la cúspide de la carrera judicial, su lucha por los derechos de las mujeres y por la protección de las víctimas de la violencia machista tiene hoy su materialización en la ley de igualdad en la que tanto trabajo.
Aún queda camino por hacer
Aunque lo andado es mucho, ella mismo declaró en una entrevista que aún “queda muchísimo por hacer” en materia de igualdad. “Los que pensaran que con uan ley lo íbamos a arreglar no tenían ni idea. Bienvenida la ley de igualdad, pero me preocupa que bajen las denuncias y las órdenes de protección…” dijo en su última entrevista a EL PAÍS en el 2014.
Entonces a Cazorla no le faltaba razón. Cuatro años después de sus declaraciones, aún queda para eliminar del todo la mancha de la violencia machista en nuestra sociedad. Las víctimas de violencia machista han crecido en España en los últimos años y superan ya las 150.000, con tendencia al aumento de menores implicados, tanto como víctimas como agresores. Hay, no obstante, alguna nota esperanzadora, como el descenso de mujeres asesinadas o el mayor número de denuncias y condenas.
Tras su muerte a los 60 años en 2015 la familia Cazorla decidió continuar la lucha de la jurista para las víctimas de violencia de género con el Fondo de Becas Fiscal Soledad Cazorla Prieto para el desarrollo de las niñas y niños huérfanos de la violencia de género. El fondo está provisto de 125.000 euros para cinco años desde el 2016 con la aportación mayoritaria de la familia Cazorla.