Los Mossos han creado un manual para detectar a salafistas o situaciones de radicalización islamista en Catalunya. El Periódico cuenta este miércoles en portada que la Policía catalana trabaja con un documento que establece signos para localizar a musulmanes de esta rama ortodoxa del islam o a radicales.
El texto describe aspectos y enumera situaciones que pueden indicar una radicalización islámica. Los investigadores temen que la región sea un punto de extremismo de corriente islamista.
En el documento se hace una especie de retrato robot de un salafista. «Es un individuo que lleva la barba larga (entre cinco y diez centímetros) y el bigote corto; tiene un callo en la frente por la práctica fervorosa de la oración; viste atuendo tradicional islámico; lleva los pantalones anchos por encima de los tobillos».
Del ámbito laboral, se describe la siguiente situación para estar prevenido: «No trabaja en ámbitos que puedan producir productos o conductas prohibidas por la ley islámica, como por ejemplo: negocios de restauración donde haya bebidas alcohólicas, en el sector porcino –ya sea manufactura o transporte– o en la vendimia».
También, el manual recoge signos para localizar a musulmanes de esta rama en la escuela. Por ejemplo, un alumno que no haga gimnasia en el centro, o que niños participen en el Ramadán, pues en la mayoría de las sociedades islámicas se exime a los menores de esa práctica.
Otro de los indicios para estar en alerta es si en un determinado centro de culto se anima al aislamiento del colectivo, es decir, que los musulmanes se realicen solo entre ellos.
En el documento se insta a los agentes actuar con sentido común, porque un solo signo no determina que se esté ante un salafista o un proceso de radicalización.
Según El Periódico de Catalunya, los Mossos ven con inquietud que los dirigentes de ese credo pretendan convertir la región en una de sus bases en el sur de Europa, como son Holanda y Bélgica en el norte del continente.