Sandra Vega Neri es mexicana y emprendedora. Su marca ‘Ay que chula!’ distribuye y representa diseñadores mexicanos en todo el mundo. “No es la típica artesanía, el típico sombrero, el típico sarape o el típico jarrito de barro. Son artículos de diseño contemporáneo, es decir, los artistas combinan materiales tradicionales con materiales modernos. No son tan manuales, sino que emplean maquinaria más sofisticada”, nos revela Sandra.
¿Cómo nació la idea?
Queríamos traer algo diferente. Empecé a ir a Londres y a acudir a diferentes ferias de diseño, de decoración… para ver qué productos mexicanos podrían encajar con el mercado inglés. Y fue un proceso largo, en torno a 3 años, pero finalmente logramos posicionarnos.
¿Cómo es tu día a día?
Trabajo desde casa y como cualquier emprendedor tú no tienes un horario, trabajas siempre que hay trabajo. Por lo que se convierte en un trabajo de más de 8 o 10 horas al día, sin fines de semana…
Tú eres una emprendedora… ¿qué cualidades crees que debería tener un emprendedor para triunfar?
Un emprendedor debe de ser “determinado”, es decir, tiene que ser diligente, nunca darse por vencido. Yo creo que la cualidad más fuerte que debe tener es que cuantas más veces te digan que no, más te motives y sigas adelante, porque no es fácil ser emprendedor. Yo no creo que cualquiera pueda ser emprendedor, sinceramente, tienes que tenerlo en la sangre porque hay que ser insistente, determinado. Además, debes saber adaptarte y tener esa “chispita” de saber cómo solucionar un problema.
Ahora mismo vives en Londres… ¿por qué elegiste la capital británica para asentarte?
Yo nací en México y crecí en Estados Unidos por lo que soy mexicana y americana y ahora me encuentro en Londres porque mi pareja es europea. También, aquí, estudié una segunda maestría en Regent’s University en Comunicación. Además, entendí Reino Unido como un portal para toda Europa porque el potencial de ventas que tiene este país es el mayor de todo el continente. Entonces las ventas en línea son bastante significativas. Mucha gente compra por internet en el Reino Unido.
¿Qué dificultades has encontrado o aún encuentras a la hora de sacar adelante Ay que chula?
Todas las dificultades habidas y por haber, todos los días hasta el día de hoy. Para empezar la competencia es muy dura, debes asegurarte de que no te copien la idea, también existen problemas a la hora de importar los productos. Además, me gustaría abrir una tienda por lo que añadimos el problema de los costes, ya que el precio para alquilar un local en Londres es altísimo. El objetivo de Ay que chula no es solamente vender en línea, también asistimos a eventos y el costearnos una tienda es un gran reto. No es nada fácil conseguir fondos, porque hasta el momento toda la inversión económica ha sido personal o de familiares.
¿Qué acogida han recibido los artículos que comercializas por el público inglés?
Cada mercado en Europa es diferente, pero la respuesta del Reino Unido ha sido muy aceptable porque el mercado británico busca siempre algo nuevo. Londres es una ciudad muy cosmopolita, la gente viaja, y quiere nuevos productos.
¿Cómo debe ser el producto para poder comercializarse en Ay que chula?
Es mucho de sentido común, basándome en las ferias de comercio en las que he estado o participado, sabemos qué es lo que la gente busca o compra más. Así que, es un proceso de selección donde los productos deben aportar algo nuevo y se adapten al mercado. Además, por las reglas de importación hay productos que son más difíciles de traer, u otros con lo que es difícil comerciar, como los zapatos.
¿Todos los productos son mexicanos?
Todos los productos son 100% mexicanos, pero no estamos cerrados a la participación o la colaboración con otras culturas latinoamericanas.
¿Por qué esa importancia de Frida Khalo en Ay que chula?
Frida Khalo es un concepto muy curioso porque yo al principio no quería utilizarlo debido a que ya ha sido muy usado, como decimos en México “muy choteado”. Pero a raíz de la participación que tuvimos en el evento de ‘Las Cuatro Fridas’ (The Four Fridas) empezamos a introducir productos de Frida Khalo con más fuerza porque, la verdad, fue todo un éxito. La gente los busca.
¿Qué producto de Ay que chula es el que más se vende?
Tenemos una línea de productos, de papel picado y plástico, como bolsitas, carteritas, y están posicionados en museos como el Moma de Nueva York, Moma de Japón, museos de arte moderno de todo el mundo. Y también todo lo que tiene calaveras y a Frida Khalo se comercializa muy bien.
¿Hasta dónde llegan los productos de Ay que chula?
Con el comercio online se puede llegar a cualquier lugar y, es por ello que, tenemos clientes en todo el continente. Principalmente, España, Alemania y Francia.
¿Dónde quieres crecer con Ay que chula?
Pues donde me lleve la empresa, donde esté el mercado. Mi pareja es de Dinamarca, por lo que no estamos cerrados a vivir en un sitio concreto. La ventaja de tener un negocio en línea es que con una buena logística tú puedes manejar tu negocio desde donde sea.
¿Y tienes pensado volver a México?
Yo creo que México nunca dejará de ser parte de mi vida y ahora mi objetivo es poder compartir mi tiempo entre Londres, México y Estados Unidos y quizá más adelante, sí, volver a México.
Además de Ay que chula tienes otros negocios también estrechamente relacionados con la cultura mexicana…
Sí, a raíz de Ay que chula han surgido muchas cosas interesantes porque dentro de la cultura mexicana la comida tiene una gran importancia y decidimos empezar a introducir en Europa los dulces mexicanos. Así nacieron La Tiendita y MexCandy donde vendemos dulces e ingredientes todo de la gastronomía mexicana.
Además, a raíz del pabellón de méxico, hemos introducido un nuevo concepto sobre artesanía y arte mexicano, volcándonos en lo tradicional: cerámica, tapetes, productos de latón… Es decir un concepto made in México.
¿Cuál es el futuro de Ay que chula?
Nuestro sueño sería crear una tienda del concepto, una pop up store, en Londres, donde se combine la comida mexicana con el arte, tipo showroom. Poder representar a México pero con cosas novedosas, modernas.