“Hago la compra justa. No tiro comida”. Esto es lo que afirman el 71% de los españoles, según la Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (Ceaccu). Un dato muy importante si se tiene en cuenta que el año pasado la Federación Española de Bancos de Alimentos reveló que España se tiró 9 millones de toneladas de comida.
Sobre si los restos de alimentos que en ocasiones tiene que desechar el consumidor, se deben a diseños poco adecuados de los envases o la comercialización de productos defectuosos, nada menos que un 42% afirma que “con frecuencia” ha tenido que tirar producto porque se ha estropeado antes de la fecha razonable de consumo. El mismo porcentaje que asegura no haber podido aprovechar todo el producto a causa del diseño del envase.
En contraste con la mayoría de las informaciones que se vienen difundiendo sobre desperdicios alimentarios que centran su incidencia en el hogar, los consumidores piensan que el mayor volumen de desperdicios se producen en los establecimientos de venta (44%) y en la restauración (39%).
En cuanto a la causa principal de la cantidad de desperdicios que se tiran al año en España, los consumidores lo tienen claro: Casi la mitad de los encuestados (el 49%) consideran que “los puntos de venta tiran productos, al pasar la fecha de consumo”.
Respecto al impacto de las campañas sobre desperdicios en los derechos del consumidor, los encuestados consideran que mensajes como “no pasa nada por tomar un alimento pasado de fecha” “pueden llevar a confundir” y que “existe el riesgo de que se consuman por error alimentos caducados”.
Aunque prácticamente todos los consumidores (el 92%) consulta la fecha marcada en los alimentos, existen importante carencias a la hora de distinguir fecha de caducidad y de consumo preferente: un 39% no es capaz de señalar la respuesta correcta (“deja de ser seguro, no debemos consumirlo”) al ser preguntados por el significado de la fecha de caducidad.
Menos confusión hay sobre “consumo preferente” (nada más que un 9% marca la respuesta incorrecta). Sin embargo, es de destacar que solo una cuarta parte de los consultados es consciente de que, aunque no haya riesgo en consumir los productos que superen esta fecha, sí hay pérdida de calidad. Sobre el impacto en los precios, el 89% consideran que es una obligación legal vender alimentos solo dentro de las fechas de consumo y no deben costar más.