Fee Reega, la poeta y música treintañera venida de Selva Negra que ya es una más en la Asturias rural, y un nombre muy destacado en la escena independiente de la música española, continúa desgranando el que será su tercer álbum de estudio, ZOOM, cuyo lanzamiento está previsto próximamente en el sello Synthesis (que ha impulsado Pablo Und Destruktion).
Después de que el pasado 14 de marzo apelara a nuestros oídos con el single Barrio, que destaca lo criminales que podemos ser cuando nadie nos mira, en esas escenas ocultas que ocurren en el entorno urbano, la artista lanza ahora Dulce Fiesta, que aborda la paradoja en la que se convierte la vida cuando la muerte acecha de cerca: nos esforzamos por sentir con mayor intensidad, por aprovechar cada momento y aferrarnos a un clavo ardiendo.
Como Barrio, el single se inspira en el confinamiento y los años de la pandemia. También hace zoom en los pliegues de la ciudad para fijarse en esas fiestas clandestinas que se celebraron de puertas para adentro cuando no se nos permitía pisar la calle. En las cocinas, dormitorios o portales. En esos encuentros que eran secretos a voces y con los que la gente se buscaba y se sentía cuando se imponía la distancia social.
La artista visual Celia Viada se ha encargado del videoclip, que complementa la canción de forma esencial: la fotógrafa y cineasta ha recurrido a imágenes de su archivo familiar, que se rodaron en Súper 8 en los años 70, y abre, así, una ventana en el tiempo y establece un paralelismo entre dos épocas. No es casual que en la obra de Fee Reega se pierda la noción del tiempo, la atemporalidad es una constante en sus creaciones. Es más, el colapso cronológico es algo habitual, de tal forma que no hay certezas sobre si se habla de algo actual o de algo que ocurrió hace un siglo.
En lo que sí se aleja Dulce Fiesta del estilo habitual de la artista es en el sonido, mucho más sintético en esta ocasión, y bailable a ritmo lento. Suena híbrido entre pop psicodélico y slow core.