Solo a las grandes les salen imitadores y a Ruth Lorenzo, la representante española en Eurovisión, ya tiene quien le copie. «Me quedé muerta cuando lo vi las similitudes entre el videoclip de Rumanía y el mío, de piedra. Es como si yo hubiera dicho que quería un vídeo que me encanta y lo haces exacto. Su vídeo está chulo y el concepto es bonito, pero como nuestro vídeo, señores, no hay ninguno, porque yo he sido la que acabó llena de moratones de bailar. No hay nada que discutir», comenta Ruth sobre la polémica con su contrincante en Eurovisión el próximo día 10 de mayo.
Luz, belleza, sencillez y épico son las cuatro palabras con las que la cantante murciana, que quedó en quinta posición en el talent show »X Factor» de Reino Unido, define su actuación en Euovisión, en la que finalmente, habrá agua, como dice su canción, »Dancing in the rain». «He sido tan pesada, que habrán dicho que me ponían por lo menos un charco”, ha bromeado Lorenzo aunque, eso sí, no se mojará por cuestiones logísticas, pero sí utilizarán algún tipo de efecto.
Mucho trabajo a la espalda
Tras un largo camino, que le ha llevado a viajar por Estados Unidos y Reino Unido en busca de su sueño, la cantante ve su esfuerzo recompensado. «He pensado muchas veces en tirar la toalla, pero no en dejar de cantar, sino en el nivel al que hacerlo», dice.
En los momentos de desánimo, le pidió a una de sus managers que «por favor» hiciera algo por ella. «Sales a la calle y te conoce todo el mundo, pero no tienes una libra para comprar algo de comer y eso es duro. Una de mis managers llegó a decirme que me pusiera a trabajar en la pizzería que hay debajo de mi casa cuando le dije que las cosas no podían seguir así, al sitio donde voy y que todo el mundo me pide autógrafo», relata. Y si así hubiera tenido que ser, no le hubiera importado porque «a mí no se me caen los anillos por trabajar, porque lo he hecho desde niña», añade.
Entre sus actuaciones favoritas para ganar el concurso está Armenia, que es la gran favorita de la edición, Austria, representada por la peculiar Conchita Wurst, y Reino Unido, país en el que ha residido durante muchos años y que le ofreció la oportunidad de representarles. Para ganarles, está «pidiendo al universo» cantar en el puesto 22. «Pienso que es importante salir en la segunda parte porque yo, veo el festival y hay veces que me aburro rotundamente. Solo me interesa cuando está más cerca del final, por eso quiero cantar el 22”. Si así fuera, Ruth cantaría por delante de la anfitriona del festival, Dinamarca, «cuando todos los daneses estén viendo la televisión».
Sus rituales
Antes de salir del escenario, Ruth rezará una oración. «Siempre lo hago cuando me toca cantar», dice. El 10 de mayo, sobre el escenario del viejo astillero donde se celebrará el festival, en alguna parte del vestido que luzca, estará escondido un pequeño cristal rojo que siempre le acompaña. «Como amuleto solo llevaré un cristal rojo porque ya no me cabe nada. Llevo tan poca ropa que no puedo meter nada en ningún sitio», comenta la cantante que no ha querido dar apenas detalles de su vestido.
Aunque sus mejores amuletos serán su familia y sus amigos. «Viene algunos de mis amigos de Londres, mi familia, hasta mis sobrinos pequeños. Copenhague no sabe lo que le espera», reconoce.
Pase lo que pase en la final de Eurovisión, Ruth Lorenzo ya se han llevado su premio. «Me siento ganadora por todo lo que está pasando. Prometo que si quedo última ultimísima voy a estar tan feliz».