Con un irónico guiño a los periodistas, “Para nuestros compañeros de la prensa, que quieren titulares, vamos con ellos”, Pablo Iglesias arrancó su mitin en Barcelona. Después, comenzó a desgranar sus lugares comunes: una reiterada apelación a la “mayoría social” para construir un nuevo futuro de país y una insistente referencia a la “casta” política y económica que desde el origen ha colocadado en el centro de sus críticas .
“No me importan las pulseras en la muñeca, me importan las cuentas bancarias: quien las tiene en Suiza y Andorra son traidores a su pueblo”, ha dicho provocando una ovación cerrada de los más de 3.000 asistentes en el Centre Municipal d»Esports Olímpics de Vall d»Hebron. Entre ellos, el expresident de la Generalitat, Pasqual Maragall, que abandonó el recinto antes de que terminase la intervención.
El acto de Barcelona reunía expectativas: era el primer mitin de Iglesias tras ser elegido secretario general de Podemos, el pasado 18 de noviembre, y su primer acto multitudinario en Catalunya. También, el pistoletazo de arranque a la precampaña electoral de Podemos. Y no decepcionó. A Iglesias se le vio eufórico y combativo. Demostró que en el juego electoral va a por todas, y que, en la conquista de las mayorías no caben gestos de complicidad con adversarios políticos.
“No me veréis darme abrazos ni con Rajoy ni con Mas”, ha asegurado a sus simpatizantes en referencia al abrazo que David Fernández, líder de la CUP, dio al presidente de la Generalitat el pasado 9 de noviembre. A Mas le ha recordado los recortes presupuestarios en materia sanitaria y educativa y le ha enviado, como a la presidenta del PP madrileño, Esperanza Aguirre-con la que guarda una especial guerrilla dialéctica- un mensaje directo: «Repitan conmigo: nuestro tiempo se ha terminado».
Sin embargo, una vez más, el secretario general de Podemos apenas ha esbozado sus ideas de programa. De puntillas ha enfrentado sus ideas ante el desafío soberanista, que pasan por la defensa del «derecho a decidir» pero con un rechazo a la independencia. «No quiero que Catalunya se vaya», ha dicho. Para luego, añadir ambigüedad. «¿Quiero que Catalunya se independice? No, pero sé que la casta española ha insultado a los catalanes». Su propuesta pasa por una reforma constitucional que rompa «los candados del 78». «Algunos quieren hacer política elevando muros, nosotros preferimos tender puentes. No han entendido que esto es un país de países», ha destacado.
Antes que él, Gemma Ubasart, secretaria de Plurinacionalidad de Podemos, había avanzado también en ese discurso. «En Podemos no somos unionistas ni independentistas», ha dicho. «Somos demócratas. El futuro que queremos para Cataluña es que los catalanes decidan», afirmó.
Más allá, Iglesias no ha avanzado en más contenidos. «No he venido a Catalunya a prometer nada a nadie, a cambio de votos ni de favores. No me fío de los políticos que hacen promesas.”, aclaró de entrada a los asistentes que pudiesen esperar algún esbozo de programa. Sí lo hizo, en cambio, para convocarles con insistencia a la marcha que la dirección ha convocado para el próximo 31 de enero en Madrid y que, según Iglesias, servirá para “decirles a los que gobiernan en Madrid y Barcelona que su tiempo se ha terminado”.
Iglesias aprovechará su visita a Barcelona para mantener entre esta tarde y el lunes distintos encuentros con agentes sociales catalanes, entre los que destaca una reunión con la portavoz de la plataforma ciudadana Guanyem Barcelona, Ada Colau, iniciativa en la que también participa Podemos junto a otros actores políticos y sociales y con la que esperan concurrir a los comicios municipales.
Asimismo, el lunes por la tarde participará en un coloquio del documental »Llach, una veu contra l»oblit», que narra los sucesos de Vitoria del 3 de marzo de 1976 a través de la canción »Campanades a morts» que compuso el cantautor catalán Lluís Llach. Iglesias también podría aprovechar su presencia en Barcelona para acudir al concierto que Joaquín Sabina ofrecerá en el Palau Sant Jordi.
El lema elegido para comenzar a preparar el terreno de cara a las tres citas electorales que tendrán lugar a lo largo del año que viene ha sido »2015 Empieza El Cambio», un eslogan que recuerda a otros ya utilizados en anteriores campañas electorales por los partidos que la formación liderada por Pablo Iglesias enmarca en lo que denomina «casta», como el PP, el PSOE y CIU.