Dania Kilsi, de 11 años, minutos después de ser herida por la metralla de una bomba que estalló a la puerta de su casa en Alepo. Es la foto del año para UNICEF.
El crudo retrato de una niña de 11 años herida por una bomba en Siria fue elegida la mejor fotografía de 2013 por la Unicef.
En la imagen, tomada por el sueco Niclas Hammarstrom, de la agencia Kontinent, puede verse a Dania Kilsi recibiendo tratamiento médico debido a sus graves heridas en el hospital Dar al Shifa de Alepo (Siria).
Dania jugaba en la puerta de su casa junto a sus dos hermanos, Zaid, de dos años, y Fatima, de seis, al momento de la explosión, el 15 de octubre de 2012.
El premio fue otorgado por Unicef Alemania con el apoyo de la revista «Geo». Compitió contra otros 81 fotógrafos de 27 países.
En Siria se llevan contabilizados 11.400 niños muertos en los últimos tres años de acuerdo a lo que establece el Grupo de Investigación de Oxford. “Los menores que no mueren por las bombas, mueren de hambre”, escribió su corresponsal.
Más de 12.000 niños han perdido la vida
Los #niñosdeSiria no deben morir.Los #niñosdeSiria no deben soportar ni un día más de sufrimiento físico y emocional.Los #niñosdeSiria no pueden pasar más tiempo sin la oportunidad de aprender y sin opciones de futuro.Si este conflicto no acaba ya puede significar la pérdida de toda una generación de niños sirios, con consecuencias devastadoras para el futuro de Siria y de la región.
Por eso, hoy Unicef quiere reclamar medidas urgentes para poner fin a este drama. «Nuestro objetivo es conseguir un millón de firmas en el mundo antes de que se cumpla el tercer año del conflicto, el próximo 15 de marzo.»
Unicef denuncia
1. El fin de la violencia contra los #niñosdeSiria. Todos los que participan en la contienda deben respetar plenamente el derecho internacional humanitario, poner fin al reclutamiento de niños, y comprometerse con una solución pacífica a este conflicto.
2. El fin de bloqueo de la ayuda humanitaria. Se debe permitir a las organizaciones humanitarias llegar, en condiciones de seguridad, a todos los que sufren.
3. El fin de los ataques a los trabajadores humanitarios y a las infraestructuras –especialmente escuelas y hospitales.
4. Un compromiso renovado con la reconciliación y la tolerancia –liderado por todas las comunidades afectadas por el conflicto, y contando con la participación de niños y jóvenes.
5. Más inversión en la educación y la protección psicológica de todos los niños y niñas afectados por el conflicto. Necesitan ayuda para recuperarse de los traumas que han sufrido y para adquirir las capacidades que necesitarán para ayudar a reconstruir su país y fortalecer la estabilidad de la región.