El Frente al Nusra, las Brigadas de los Mártires de Siria, el Jaysh al Islam o las brigadas de Farouq, todos ellos son grupos rebeldes que intentan desde hace más de tres años combatir el régimen de Bashar al Assad en una guerra que se ha llevado por delante más de 160.000 vidas. Pero todos estos pequeños grupos, vinculados a Al Qaeda, se han convertido en una de las principales “amenazas directas” de Estados Unidos.
Así lo ha hecho saber el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, durante su discurso de apertura de la academia Militar, como recoge el diario »The New York Times». Aunque se ha comprometido a replegar a sus tropas de Afganistán, donde hasta ahora se han mantenido en pie de guerra permanentemente, Obama ha hecho alusión a esta amenaza, mucho más difusa y menos concreta, que puede amenazar los intereses del país tanto en territorio estadounidense como en todo el mundo. Siria, Nigeria, Somalia, Yemen o Malí son algunos de los países donde se han desarrollado este tipo de grupos.
“Tenemos que desarrollar una estrategia que se dirija a esta difusa amenaza”, asegura Obama, pero debe ser una estrategia que “expanda nuestro alcance sin necesidad de enviar a las fuerzas militares” y que “no despierte resentimientos locales”. “Necesitamos socios para luchar contra los terroristas junto a nosotros”.
Aunque en el discurso que pronunció en la Universidad de Defensa Nacional hace un año hablaba de una amenaza menor que podría ser tratada con “elegancia” y de forma “proporcional”, Obama ha cambiado el discurso para asegurar que el terrorismo es una amenaza a corto plazo, que puede tener repercusiones en “el futuro cercano” y que es la “amenaza más directa a los intereses de Estados Unidos, tanto en el país como en el extranjero”.
Más de 5.000 milicias independientes en Siria
En los últimos tres años, se han formado más de 5.000 milicias islamistas independientes sólo en Siria. Algunas, como el Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS), están inspiradas en Al Qaeda pero se han desvinculado porque su objetivo es más local e, incluso, más despiadado. El ISIS, por ejemplo, puso en práctica castigos tan medievales como la decapitación o la crucifixión de apóstatas.
Otros han decidido optar por seguir la senda de las bandas criminales, como ‘Los firmantes de sangre’, liderados por Mojtar Bel Moktar, contrabandista de tabaco y secuestrador profesional, en cuyas manos estuvieron retenidos tres cooperantes catalanes.
A pesar de que Obama se ha comprometido a luchar contra estas milicias, el interrogante se encuentra en cómo se hará. “Si estos grupos realmente están centrados en la agenda local, habrá que valorar si se cumple o no el umbral de acción”, reflexiona Frederic Wehrey, investigador de la fundación Carnegie para la Paz Internacional.
“Si entramos en un país que se centra exclusivamente en la seguridad nacional, esto se convertirá en una profecía autocumplida y los grupos locales se volverán cada vez más antiamericanos”, asegura.
El grupo islamista Ahrar al Sham, el Movimiento Islámico de los Hombres Libres de Siria, uno de los más grandes que se han formado durante la insurgencia contra Al Assad, es un ejemplo perfecto para el desafío al que se enfrenta Occidente: su objetivo principal es derrocar a Al Assad y sustituirlo por un Gobierno islámico, pero no pretenden librar una ‘guerra santa’ global contra Occidente.
Sin embargo y al mismo tiempo, este grupo también colabora de forma cercana con el frente Al Nusra, filial de Al Qaeda, aunque sus objetivos últimos todavía están en pleno debate, ya que los propios combatientes están desarrollando una “ideología” común del grupo.