El presidente estadounidense, Barack Obama, acusó a Hamás de romper el alto el fuego en Gaza «apenas minutos después» de que entrase en vigor, y le exigió liberar de manera incondicional al soldado israelí «secuestrado».
«Va a ser muy difícil volver a conseguir un alto el fuego de nuevo si Israel y la comunidad internacional no confía en que Hamás puede cumplir», indicó Obama en una comparecencia por sorpresa en la sala de prensa de la Casa Blanca.
El presidente insistió una vez más en el «derecho» de Israel a defenderse, ya que «ningún país puede tolerar que sus ciudadanos se tengan que refugiar cada 20 minutos» por ataques con cohetes.
A la vez, reconoció sentirse «desconsolado» por los civiles palestinos que han muerto durante el conflicto.
«Quiero ver que se hace todo lo posible para asegurar» que no se producen bajas civiles en Gaza, subrayó.
Por ello, reiteró que «el alto el fuego era una manera de detener la violencia y dar un espacio, y tratar de solucionar» los problemas entre ambas partes.
«Hay mucha rabia y desesperación y esa es una mezcla muy volátil (…) va a ser difícil, pero hay que seguir intentándolo», aseguró Obama ante las preguntas de los periodistas sobre el futuro de las negociaciones en la región.
El mandatario se refería así a la reanudación de los combates en Gaza poco después de la entrada en vigor de una tregua humanitaria donde, desde entonces, han muerto al menos 50 palestinos y dos soldados israelíes, mientras que otro ha sido supuestamente capturado.
Violación «bárbara» del acuerdo
Mientras Israel y Hamas se culpaban mutuamente del fracaso de la tregua de 72 horas, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, denunciaba una «bárbara» violación del acuerdo por parte del movimiento islamista palestino.
La captura de un subteniente israelí de 23 años durante un enfrentamiento en el que murieron dos soldados, explica en parte esta rápida condena de la Casa Blanca.
«Por el momento, la principal preocupación es el soldado», declaró Antony Blinken, director adjunto del Consejo de Seguridad Nacional, gabinete de política exterior de Barack Obama.
«Si lo hicieron prisionero, debe ser liberado», añadió, consciente del trauma que supuso el secuestro del soldado franco-israelí Gilad Shalit en junio de 2006, que fue seguido de cinco meses de operaciones militares en Gaza. Finalmente fue liberado en octubre de 2011 a cambio de un millar de prisioneros palestinos.
El consejero del presidente dijo que «el ataque sorpresa de Hamás», que se produjo «aprovechando el alto el fuego» es «absolutamente escandaloso».
El presidente Barack Obama urgió a Hamas a mostrar seriedad sobre su voluntad de respetar el alto el fuego acordado con Israel.
Obama señaló que Estados Unidos «condena «inequívocamente a Hamas y los grupos palestinos responsables del asesinato de dos soldados israelíes, y de secuestrar a otro a apenas minutos del anuncio de un cese del fuego.
«Quiero asegurarme que ellos están escuchando», dijo Obama.
«Si están intentando con seriedad resolver esta situación, ese soldado debe ser liberado sin condiciones lo antes posible», aseguró a periodistas en la Casa Blanca.
Por su parte, el secretario de Estado, John Kerry, actualmente en India, afirmó que «Hamás, que controla la Franja de Gaza, debe liberar inmnediatamente y sin condiciones al soldado israelí». Kerry también denunció «la escandalosa» violación del cese al fuego.
«Llamo a los que tienen influencia sobre Hamas a que le envién este mensaje», agregó.
Al ser interrogado sobre una posible ambigüedad de los términos de un alto el fuego, y en particular sobre las condiciones bajo las cuales Israel fue autorizado a continuar con sus operaciones «defensivas» contra los túneles excavados por Hamas, el portavoz de la Casa blanca, Josh Earnest, rechazó categóricamente esta hipótesis.
«Hemos sido transparentes y todas las partes implicadas han sido transparentes sobre el contenido de este acuerdo. Hamás tiene la responsabilidad de respetar el trato y no lo ha hecho», expresó a la cadena CNN.
Según un responsable de Hamas en El Cairo, su organización no ha llevado a cabo operaciones tras el inicio del cese al fuego.
La reacción de la Casa Blanca contrasta con la firmeza con la que Estados Unidos pidió al Estado hebreo que «hiciera más» para proteger a los civiles en el territorio palestino.
Terrorífico balance
El balance de muertos palestinos tras el inicio del operativo en la franja de Gaza el pasado 8 de julio, superó ya al número de fallecidos durante la operación «Plomo fundido» en 2009.
Según los servicios de urgencias de Gaza, al menos 1.442 palestinos murieron y más de 8.200 resultaron heridos. Además, unos 230.000 refugiados palestinos viven en condiciones precarias dentro de los 85 centros de la ONU en Gaza.
El bombardeo de uno de estos centros el miércoles, dentro del campo de refugiados de Jabaliya (en el norte de la franja de Gaza) fue lo que provocó una reacción más contundente del gobierno estadounidense.
La Casa Blanca, que se apresuró a subrayar que existen dudas sobre la responsabilidad israelí en el bombardeo, juzgó «totalmente inaceptable y totalmente indefendible» el bombardeo de un centro de la ONU «que acogía a civiles inocentes que huían de la violencia».
El cese al fuego entró en vigor a las 08H00 locales (05H00 GMT) y se suponía que debía durar 72 horas, pero al final no duró ni dos horas.
Ahora se espera que las negociaciones que tendrán lugar este viernes en El Cairo den lugar a un alto al fuego más duradero que en treguas unilaterales previas.
«Al anunciar ayer (jueves) el alto el fuego, Kerry subrayó que era extremadamente frágil. Lamentablemente tenemos la prueba» de que así es, se lamentó Blinken este viernes.