La brutalidad del Estado Islámico no conoce límites, la violencia de sus correligionarios es atroz y bárbara. Este sábado se conoció la noticia de que los miembros del grupo terrorista islámico habían ejecutado a 80 yazidíes que no quisieron abjurar de su fe para convertirse al Islam. A estas víctimas se les sumó la ejecución de 312 personas que residían en la localidad de Kocho, con lo que sólo en dos días se sumaron 400 víctimas a manos de los asesinos.
Los combatientes del Estado Islámico condujeron a los 80 yazidíes a la casa del jeque tribal Ahmed Yasua, en la aldea de Kuyua junto a Sinjar, a 90 kilómetros de Mosul, y, cuando estos se negaron a abrazar el islam como les exigían los radicales, los ejecutaron, explicó el testigo y periodista local Kafah Mahmud al Sinyari.
Pero al ISIS no le bastó con acabar con la vida de casi 400 personas en tan solo dos días, pues el pasado 10 de julio, hace concretamente una semana exacta, ejecutó brutalmente a 500 yazidíes más, según informaron las autoridades iraquíes. Para mayor sufrimiento de la población los enterraban vivos, lo que demuestra su carencia de moralidad.
El ministro de Derechos Humanos del Gobierno de Irak, Mohamed Shia all Sudani, se hizo eco de que los milicianos del grupo terrorista Estado Islámico mataron a estos 500 yazidíes durante su ofensiva en el norte del país. Al Sudani explicó, en declaraciones a Reuters, que entre los fallecidos había mujeres y niños. De hecho algunas de las mujeres de esa comunidad religiosa minoritaria en Irak han sido secuestradas para ser utilizadas como esclavas.
Según explicó a Efe el redactor jefe del diario local »Mahdar», Luqman Kuli al Jansuri, los yihadistas les dieron un ultimátum a 330 familias en el pueblo de Jansur, a 120 familias de la localidad de Koya, y otras 54 del pueblo de Hetin.
De etnia kurda, los orígenes de esta minoría religiosa preislámica que aúna elementos de las creencias monoteístas se remontan a varios siglos atrás. El que fuera en antiguo ISIS está llevando su brutalidad a los extremos, aterrorizan a la población con su violencia y se están cebando especialmente con mujeres y niños yazidíes.
Muertos de miedo
Las crónicas que llegan desde Irak manifiestan relatos desgarradores de la población que vive atemorizada ante el avance de los yihadistas del Estado Islámico, pues van sembrando la barbarie y la destrucción a su paso.
Escondidos y refugiados en un polvoriento y rudimentario campo del norte de Irak los yazidíes que pudiron huir de la ofensiva yihadista relatan angustiados el secuestro de miembros de sus familias, hombres, mujeres e incluso niños, a manos de los combatientes.
Amnistía Internacional, que ha estado investigando estos casos, afirma que miles de yazidíes fueron capturados por los yihadistas del Estado Islámico (EI) desde el inicio de su ofensiva el 3 de agosto contra las localidades norteñas de esta minoría kurdohablante.
Según los refugiados, mujeres y niños se hallan detenidos en las prisiones de la provincia de Nínive, donde la fulgurante ofensiva de los combatientes sunitas fue lanzada en junio. Temen en cambio que los hombres hayan sido ejecutados.
Jodaida Jarda, un hombre de 60 años vestido con una túnica ligera color marrón, sandalias de plástico y un polvoriento turbante blanco, cita los nombres de los nueve miembros de su familia desaparecidos. Su voz tiembla: «Por favor, escriba los nombres. Mi hijo Haidar, de 26 años, está entre los desaparecidos».
Otros yazidíes, igualmente desconsolados, explican casos similares. «Mis dos primos y mis dos tíos fueron secuestrados», dice Jacqueline Ali, una estudiante de 17 años que se refugió en el campo de Bajid Kandala cerca del río Tigris, en la región autónoma del Kurdistán, en el norte de Irak.
Meciendo al bebé de su hermana, Ali habla en voz baja, mientras se empañan sus grandes ojos marrones. «Sus hermanas y madres tienen tanto miedo por ellos que desde que hemos llegado aquí no quieren comer», dice la muchacha.
Secuestran a las mujeres y las venden como mercancía
EI está vendiendo a mujeres de la minoría yazidí como esclavas sexuales en todo Oriente Medio, tal como recogen fuentes locales. Estas mujeres, que proceden de las que se encuentran refugiadas en el monte Sinjar de Irak, están siendo trasladadas a burdeles de todo el área. El antiguo ISIS está llevando demasiado lejos su crueldad y cada día comete más ataques contra los derechos fundamentales de los seres humanos.
Según fuentes locales kurdas que cita el portal lo más terrible de todo es que los precios de venta por estas mujeres oscilan entre los 500 y los 43.000 dólares.
Al parecer, y según estas mismas fuentes, algunas de estas mujeres se han visto obligadas a casarse por la fuerza con miembros de EI. Mientras tanto la situación humanitaria se vuelve más complicada para los cerca de 40.000 yazidíes que se encuentran recluidos en el Monte Sinjar, pues la población civil se ve mermada día tras día.