El líder nacionalista escocés Alex Salmond llegaba al primer debate para el referéndum de independencia del 18 de setiembre con perspectivas de dar un golpe de efecto e invertir las encuestas, y fue derrotado por un gris exministro británico que se limitó a repetir objeciones elementales a la secesión.
Los analistas y la prensa fueron unánimes este miércoles e incluso desde el campo independentista se admitió que su rival, Alistair Darling, estuvo mejor.
Darling llegaba al debate, el martes por la noche en el Real Conservatorio de Glasgow, con la etiqueta del «político escocés más aburrido». Para colmo fue ministro de Economía entre 2007 y 2010, cuando se desmoronó el sistema financiero, en el denostado gobierno laborista de Gordon Brown.
Salmond se lo recordó constantemente. Él, en cambio, se ha granjeado una reputación de orador feroz y de fino estratega por la campaña que llevó a su partido, el SNP (Partido Nacional Escocés) a ganar por primera vez las elecciones regionales de 2007 gracias a una espectacular remontada a los laboristas.
Además, había arrancado al gobierno británico de David Cameron el permiso para celebrar un referéndum de independencia, una concesión que se explica en parte por el propio deseo del primer ministro de convocar uno sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea en 2017.
Llegado el debate, Darling martilleó a Salmond con una cuestión: ¿qué moneda usará una Escocia independiente después de que los tres principales partidos británicos hayan rechazado la pretensión nacionalista de seguir usando la libra esterlina?
«Cualquier niño de ocho años puede decirle la bandera de un país, la capital de un país y su moneda. Presumo que la bandera será la »saltire» y asumo que nuestra capital seguirá siendo Edimburgo, pero usted no puede decirme qué moneda tendremos. ¿Qué pensaría de eso el niño de ocho años?», le espetó, antes de que el público del debate abuchease a Salmond por no dar con una respuesta convincente.
Los sondeos, en contra
Un primer sondeo del instituto ICM, difundido por The Guardian inmediatamente tras el debate, dio ganador a Darling (56%-44%).
«Me parece que no fue la mejor noche de Alex Salmond», escribió Iain Macwhirter, un comentarista político del Sunday Herald, que en mayo se convirtió en el primer periódico escocés en apoyar oficialmente la independencia.
«A veces los intentos de Alex Salmond de mostrarse como un estadista se asemejaron a la complacencia y no estoy seguro de que eso haya gustado a los votantes».
La edición en línea del periódico titulaba que Daling había dado «el primer golpe», mientras que el diario Daily Record, partidario de que Escocia siga en el Reino Unido, dijo que el exministro había «destrozado» a Salmond.
El diario británico The Guardian tituló que Darling «propinó una lluvia de golpes» a Salmond y su comentarista Anne Perkins explicó la derrota del independentista porque se movió en «territorio extraño: bajo presión» (su partido disfruta de una cómoda mayoría absoluta en el parlamento regional).
The Scotsman sostuvo en cambio que no hubo ganador, algo que también beneficiaría a los partidarios de seguir en el Reino Unido, que deben conservar en las próximas seis semanas la ventaja de la que han disfrutado en los sondeos en los últimos dos años.
Según una media calculada por AFP de los últimos sondeos de seis institutos de opinión, el 48% de los votantes escoceses quiere seguir en el Reino Unido, el 36% prefiere la independencia y el 15% no está decidido.