«Es nuestro ángel de la guarda, estamos rezando como nunca para que se salve». Es la primera frase que sale de los labios de José Luis Garayoa, uno de los compañeros de toda la vida de Manuel García Viejo que comparte su cruzada para salvar vidas en Sierra Leona, el lugar donde la tasa de mortalidad infantil es la más alta del mundo. «Aquí luchamos contra el ébola con un cubo de plástico y los niños se nos mueren en los brazos. Solo nuestro hospital está abierto, los extranjeros que vinieron a ayudar se están yendo porque no tiene dónde hacerlo. Aquí, la población cree que el ébola es una enfermedad que han traído lo blancos para eliminarlos.
«El hecho de que cierren los hospitales ha extendido el miedo y el que va a uno queda señalado por la familia y los vecinos. La OMS nos ha abandonado». Así se ha manifestado el misionero en palabras a Onda Cero, acompañado de Toñi Moreno de TVE. Las cifras que sabemos de muertes por ébola pueden ser mucho más trágicas, desvela la periodista que ha recorrido Sierra Leona, palmo a palmo.
El misionero ha publicado también una entrada en su blog, hablando sobre la situación en el país: «Llevo tres días tragándome las lágrimas por las noches, en silencio«, ha escrito el misionero navarro.
José Antonio García, alcalde de Folgoso de la Ribera, de donde es natural el religioso infectado por Ébola, Manuel García Viejo lo tiene claro: «Manuel volverá a África en cuanto se cure». Así se ha pronunciado en una conversación telefónica con Ana Rosa Quintana en la que ha anhelado que el misionero se puede curar del Ébola. Esta intención se la habría confirmado el propio García Viejo a sus familiares.
«Es una persona muy querida porque ayuda a los demás y lo conoce todo el pueblo», aseguran los vecinos que hablan en los bares sobre la noticia.
«Siempre ha estado de misionero por África, aunque viene al pueblo todos los años y pasa un mes, por estas fechas o por abril o mayo», señalan desde el pueblo. El religioso tiene dos hermanos en Folgoso y todos los años pasa las vacaciones con ellos. En el pueblo lo definen como una persona muy buena, amable y siempre dispuesta a echar una mano a los vecinos. Un municipio leonés de 450 habitantes situado a 90 kilómetros de la capital, muy cerca de Ponferrada.
«Estoy convencido, de que si se cura, volverá a África», comenta a teinteresa.es un vecino de Folgoso que le conoce muy bien. Aunque apunta a que antes pasará por el pueblo: «Suele venir todos los veranos y alguna navidad que otra». «Volverá a Folgoso porque le gusta saludar a la familia a y a los amigos», nos cuenta.
El pueblo se ha volcado con la noticia. Es un hombre muy querido. «En el pueblo todo el mundo habla bien de él, es que nadie puede decir una sola mala palabra», nos comentan.
Confirma su amor por África en una entrevista
Manuel García Viejo es un hombre comprometido y fiel. Lo avalan sus más de 50 años de entrega a la Orden Hospitalia de San Juan de Dios. El año pasado cumplió sus bodas de oro haciendo lo que siempre ha hecho, ayudando a los demás. En una entrevista concedida a la revista de la Orden San Juan de Dios, el religioso hacía un repaso a su trabajo encomiable en un continente que le ha definido como persona y profesional: África.
Este continente, que se le conoce como la cuna de la humanidad, al que lleva vinculado más de 30 años, primero en Ghana en 1982 y en Sierra Leona desde 2001, lo considera García Viejo como su gran lección de vida. “Siempre me ha llamado mucho la atención la forma de vivir de la gente de África”, confesaba el religioso, por las «pocas necesidades que tienen aquí, los fuertes lazos familiares y que nunca pierden la paz y la sonrisa». “Viven y disfrutan del presente sin preocuparse demasiado por un futuro siempre incierto”, apuntaba García Viejo en 2013.
El Hermano García Viejo nació en Folgoso de la Ribera hace 69 años. Se licenció en Medicina en León en el año 1975 y posteriormente se especializó en Medicina Interna.
El religioso habla de África fascinado y con admiración. Destaca la filosofía de vida de los africanos, por sus fuertes lazos familiares, la capacidad de sufrimiento que han desarrollo, su religiosidad y lo felices que son, y sus sonrisa perenne a pesar del sufrimiento.
Tras más de treinta años en África, lleva desde 2001 dirigiendo el hospital de Lunsar, que fue fundado por los hermanos de la Provincia de Aragón hace 45 años. Es un hospital general y fue durante un tiempo el hospital de referencia para la provincia Norte de Sierra Leona. «La gente del entorno del hospital es sencilla y agradecida y que tiene muchas necesidades, por lo que acepta la presencia de los extranjeros que trabajan en su desarrollo. No encuentran grandes problemas de convivencia y valoran y aprecian la labor de los hermanos tanto en el hospital como fuera».
A pesar de las necesidades y las limitaciones con las que que tiene que trabajar, García Viejo, lo tiene claro: no se irá. “Aquí he encontrado la paz y no echo de menos las cosas que dejé atrás para venir”. El religioso tiene una máxima: “mientras tengamos salud y podamos seguir aportando algo en estos países, aquí estaremos”.