España perderá en la próxima década 960.000 personas en edad de trabajar por la baja natalidad y el progresivo envejecimiento de la población. Una evolución de la población que tiene una vertiente positiva en el descenso del paro y otra muy peligrosa para el mantemiento del sistema de pensiones.
La tasa de desempleo podría descender en menos de una década hasta el 7% en el mejor de los escenarios. Probablemente, el nivel de paro de nuestro país podría situarse en 2023 alrededor del 15%. Son previsiones del Índice Laboral ManpowerGroup elaborado por el grupo de recursos humanos y empleo del mismo nombre y dirigido por Josep Oliver, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona, Josep Oliver.
Para realizar estas previsiones, este estudio tiene en cuenta las previsiones de población ofrecidas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y plantea un horizonte de crecimiento en la media de los cinco países que más crecerán en los próximos diez años, que son Dinamarca, Holanda, Reino Unido, Suecia y Alemania.
Las consecuencias de la caída de población
Siguiendo estas directrices, la población en edad de trabajar, entre 16 y 66 años de edad, retrocederá en casi un millón de personas, 960.000, en el año 2023. Un fenómeno el del descenso demográfico español que hace presagiar, según el profesor Oliver un nuevo boom inmigratorio en nuestro país, que precisará de nuevo la llegada de trabajadores de otros países. El catedrático cree que estos inmigrantes tendrán cualificación media y alta.
Es la única medida correctora de este fenómeno que se inició en el año 2009, junto al retraso en la edad de jubilación. Porque la natalidad ya no puede corregir esa situación: los nacidos a partir de ahora tardarán 16 años en incorporarse a la población en edad de trabajar o a la población activa.
Una moneda que tiene dos caras: la cruz, para el mantenimiento del sistema de pensiones porque supone una reducción del número de cotizantes y un aumento del de pensionistas por el envejecimiento de la población. El mayor número de activos españoles pasaría de los actuales 37 años a los 48 años.
La cara, para el paro, que descendería por la reducción del número de activos. Como se ha señalado, según las distintas hipótesis de crecimiento de actividad y el empleo, se situaría alrededor del 15% (14,8%), aunque podría bajar hasta el 7%.
La población activa en España en ese año presentaría una caída menor que la de la población en la edad de trabajar, debido al aumento de la tasa de actividad. Se situaría entre 22,3 (la hipótesis de crecimiento más bajo de la actividad) y 23,3 millones de personas (en la hipótesis de crecimiento más alto). En la hipótesis de crecimiento medio quedaría situada en 22,9 millones (-111.000 activos respecto a 2014).
Estimando un crecimiento del empleo del 1% anual durante los próximos 10 años (hipótesis media), se crearían unos 2 millones de empleos hasta el año 2023 (crecimiento cercano al +11%). Este incremento en el número de ocupados junto al descenso de la población activa significaría una disminución del paro en casi 2,1 millones de desempleados, desde los 5,8 millones del tercer trimestre de 2014 hasta los 3,7 millones en el año 2023, lo que supone un retroceso del 35,7%.
Dos próximos años
Según este mismo informe, España podría crear medio millón de empleos en dos años, 2015 y 2016. Unas previsiones siempre condicionadas al comportamiento de la economía europea y de los países emergentes que de empeorar podrían suponer un freno para nuestro país.
En el año que va del tercer trimestre de 2013 al tercero de 2014 el crecimiento del empleo en la industria ha sido de 82.000 ocupados (+3,5%). Por su parte, el sector servicios ha ganado 224.000 ocupados entre el tercer trimestre de 2013 y el tercero de 2014, que supone un incremento del 1,7% interanual. Un aumento especialmente intenso en el último semestre, de abril a septiembre, con 478.100 nuevos puestos de trabajo (+3,74%), la subida más importante desde el inicio de la crisis.
Empleo por actividades económicas
Las actividades que mejor se han comportado en el sector industrial han sido ese último año la automovilística, material del transporte, químico-farmacéutica, y alimentación, bebidas y tabaco. Por su parte, en los servicios destacan como generadores de empleo la hostelería, el comercio, los servicios a empresas, el transporte, las administraciones públicas y la sanidad.