La unión bancaria sí tendrá un efecto directo sobre el día a día de los ciudadanos. Por un lado, como subraya Miguel Ángel Bernal, profesor del IEB, puede ser importante para España porque implicaría “que las próximas partidas a la banca intervenida (las entidades ‘rescatadas’) no computen como déficit para el país”, especialmente, si además (y a pesar de la actual oposición alemana), tiene un efecto retroactivo sobre el presente ‘rescate’ bancario de 39.500 millones.
Además, en otro aspecto, como señala Bernal, “la unión bancaria creará las bases para la recuperación, y para que en la eurozona, con una banca saneada, se restaure la confianza . Sería un primer paso para que después, regrese el crédito”. Alejandro Conde López, profesor de Economía y Hacienda de la UNED, coincide con Bernal en que uno de los mayores problemas de la eurozona es la “desconfianza de los mercados financieros, que no son más que aquellos que quieren invertir su dinero”, y que la unión bancaria, unida a la supervisión única, establecerán un “control” y ayudarán con ello, a la recuperación económica.
El primer paso hacia la unión bancaria lo representa el ‘MUS’, el nuevo Mecanismo único de supervisión financiera. Es decir un único controlador para las entidades que pasarían a ser vigiladas por este órgano que se creará como parte del Banco Central Europeo y que asumiría competencia de supervisores nacionales como en nuestro país, el Banco de España.
Sin embargo, las cosas no son tan sencillas. Entre los socios europeos el acuerdo para determinar quienes pasan al control del ‘MUS’ no ha sido tan evidente. Mientras España y Francia han apostado por que sean la totalidad de entidades financieras de la eurozona (unas 6.000) las que sean ‘vigiladas’ por el MOU; Alemania ha apostado a que sean únicamente las que responden a unos criterios de volumen de activos y de internacionalización, es decir, únicamente los bancos más grandes. Según Bernal las reticencias de Berlín se deben a que en Alemania un sector de la banca también está tocado porque “se invirtió en carteras y préstamos a países conflictivos (económicamente) como Ucrania, Letonia, Rumanía”. No quieren ser sometidos a criterios de control más estrictos porque no se han sometido a un tratamiento tan severo como la banca española con los test de estrés, y eso a pesar de que en Alemania “se ha puesto más dinero y se han intervenido más bancos que en España”, apunta Bernal.
Al margen de los socios de la eurozona, también el Reino Unido interviene en las negociaciones. Como miembro de la Autoridad Bancaria Europea teme que este organismo pierda influencia frente al ‘MUS’ y no poder vetar o modificar la aprobación de futuras normativas.
En la Unión Bancaria y el ‘MUS’ se ponen en juego distintos intereses que con su superación aportarían una mayor estabilidad al euro y más integración financiera porque permitiría poner en la misma línea la financiación y la supervisión del sistema financiero, ahora el Banco Central Europea no tiene la capacidad de supervisión, pero es el órgano que financia y emite la moneda.
Además se evitaría la fuga de capitales de unos países a otros, porque se establecería un fondo de garantía de depósitos común, mientras que ahora los depósitos tienen distintas garantías. En España es hasta 100.000 euros por cuenta y titular, en Alemania, la garantía es ilimitada.
Igualmente, se espera que la unión bancaria establezca que sean los accionistas y acreedores los que paguen por los bancos en dificultades. Es decir, no habría más ‘rescates’ cuyos fondos provengan del bolsillo de los contribuyentes. En definitiva, como señala Bernal, la unión bancaria consistiría en “tratar la banca por igual, con los mismo criterios, en cuanto a leyes y valoración de carteras”, pero sus consecuencias tendrán una repercusión colosal en la economía europea y sus ciudadanos.