“Los ‘indignados’ se proponen llevar a Rato a los tribunales en cinco años”, titulaba El Mundo el 22 de mayo de 2012. Este jueves, 11 de mayo de 2017, como si de una profecía cumplida se tratara, el juez Fernando Andreu ha cerrado la investigación del caso Bankia y ha ordenado sentar en el banquillo a Rodrigo Rato, Ángel Acebes, Javier López Madrid y otras 31 personas (físicas y jurídicas) responsables de la turbulenta salida a bolsa de la entidad. Justo cinco años después.
El principio de este final se sitúa en Barcelona, hace un lustro. Activistas y ciudadanos celebraban el primer aniversario del movimiento 15M, que en 2011 había ocupado las plazas de España para protestar contra la crisis y la corrupción.
Uno de los grupos de acción, con una quincena de personas, puso el foco en el banco que estaba a punto de provocar el rescate internacional de España como país y que iba a costar más tarde decenas de miles de millones públicos en pérdidas. ¿Había mentido el presidente de Bankia para sacarla a bolsa? Se llamaron #15MPaRato, y empezaron a hacer mucho ruido.
Lo primero era conseguir financiación. Lanzaron una campaña de recaudación en internet (#CrowdfundPaRato). En unas pocas horas consiguieron 15.000 euros, y en campañas sucesivas un total de 36.314 euros.
“’Los diez euros mejor invertidos de mi vida’, me decía un participante el otro día”, cuenta a Teinteresa.es Sergio Salgado, una de las dos ‘cabezas’ que lideran #15MPaRato. Bankia ha devuelto, desde entonces, más de 1.200 millones de euros a los accionistas estafados.
Junto Sergio está Simona Levi, “la estratega” del grupo, y Carme Herranz y Laia Manté, abogadas de la cooperativa de letrados Col-lectiu Ronda.
Herranz y Manté han sido el ariete legal con el que se han enfrentado a algunos de los mejores despachos de abogados de España. Los 34 encausados se han parapetado tras las grandes firmas legales de España, desde Uría Menéndez a Cuatrecasas, que han empleado a decenas de personas de alto nivel, como el ex juex Carlos Bueren o el ex fiscal Luis Jordana. Unos letrados que ganan en pocos días el equivalente al presupuesto total de estos cinco años de #15MPaRato.
No lo han hecho solos. Ha habido un total de 44 acusaciones particulares en el juicio. Pero ellos se vanaglorian de haber sido los que dieron el primer paso. “Anunciamos nuestra intención de presentar la querella el 12 de mayo. A las dos semanas, y tras ver la repercusión mediática, UPyD corrió, de forma bastante oportunista, a poner su demanda, ‘pagándola’ al contado”, dice Salgado. “Tres años después anunciaron que la abandonaban por no conseguir réditos electorales”. Este diario ha tratado sin éxito de ponerse en contacto con Andrés Herzog, abogado y entonces miembro de UPyD.
Propaganda, obras de teatro y un libro
La historia de este grupo de activistas solo admite una metáfora, manida, la de David contra Goliat. En términos más modernos, es un ejemplo de “mente colmena”: una inteligencia colectiva que nace de la colaboración de individuos que por separado carecen de fuerza.
Buscaron a 30 afectados que estuvieran dispuestos a personarse. Sintetizaron toda la ira popular contra un sector financiero que estaba llevando al país a la quiebra con sus desmanes. Pusieron en marcha una maquinaria de propaganda digital (con Twitter, Facebook o filtraciones a la prensa) contra Rato. Así atrajeron a más gente. Empezó a llegarles un torrente de información. Gigabytes de filtraciones.
Publicaron todos los correos electrónicos de Miguel Blesa, el ex presidente de Caja Madrid (precursor Bankia). De nuevo, “mente colmena”. Blesa y gran parte de los ejecutivos y consejeros de la entidad han sido condenados por el escándalo de las tarjetas ‘black’.
Y todo con 36.314 euros, de miles de particulares, a 10, 20 o 30 euros por cabeza. “Tenemos todas las facturas de lo gastado publicadas”, aseguran. “Aunque, obviamente, las abogadas no han cobrado las tarifas de mercado, y todos hemos hecho esto en ratos libres y ‘no libres’, sin tener prácticamente vida, y compaginándolo con otros trabajos”.
El activismo no se ha limitado al frente legal. Han lanzado una auténtica campaña de desprestigio contra los banqueros que, según ellos, son la causa de la crisis. Una crisis que tiene “nombres y apellidos”.
Han llevado a los escenarios Hazte Banquero, cuyo guion es una transcripción de los 8.000 correos de Miguel Blesa durante la ‘época dorada’ de Caja Madrid. Teatro de datos.
Ahora, han plasmado todo en un libro, Votar y cobrar: la impunidad como forma de Gobierno, sobre la entidad.