En su escrito de acusación, la fiscal relata que el hombre, de 46 años y nacionalidad ecuatoriana, comenzó a cometer los delitos continuados contra la libertad sexual de sus hijas cuando las niñas tenían diez y doce años.
La Fiscalía sostiene que, consecuencia de estos delitos, las dos chicas presentan «una importante sintomatología en los ámbitos emocional, cognitivo, psicofisiológico y de comportamiento».