Nada como darse una vuelta por Valencia en vísperas falleras para tocar con los dedos la que allí se está montando. Al pobre Presidente, Alberto Fabra, le crecen los enanos. Cada semana se le va algún cargo a la empresa privada. Y claro, así no hay quien haga equipo, un equipo propio como como sí los tuvieron Zaplana y Camps. Pero Fabra está más solo que la una. Y encima parece que le gusta.
Es verdad que nadie le critica en público, pero en privado tampoco dicen nada bueno. Que si las líneas rojas que ha trazado han sido injustas con mucha gente, que no hace calle… Algo que sí reconocen a Alfonso Rus, presidente de la Diputación de Valencia y que, aunque ahora está liado con el Valencia Club de Fútbol, tiene mensajes que llegan a los valencianos. Pero lo malo es que no se ve a nadie joven con empuje. Ni desde Madrid ni allí.
Hay quien dice que mejor que vengan cuatro años los compromís y el PSCV con Izquierda Unida y hagan un pacto a la balear que les deje con el culo al aire. Y hay quien mira a Madrid, es decir, a Esteban González-Pons. Mis fuentes aquí me dicen que podría ir a las europeas pero de número dos (lo del cabeza de lista es tan misterioso como lo del avión de Malasia) y que a él no le importaría. Y ya luego vendrá lo que tenga que venir. Aunque de momento lo único que viene es Rita. Hay jóvenes de 23 años que no han conocido otra alcaldesa en Valencia… pero no hay otra.