Dadas las circunstancias, el alcalde pedáneo, Javier García-Diego, «en acuerdo de la Junta Vecinal» solicitó la renuncia y la baja del suministro eléctrico hace más de tres meses, una medida que se hizo efectiva el pasado 10 de julio.
«Lamento tener que adoptar esta medida, sobre todo en verano, cuando aumenta la población, pero no me queda otra salida, porque el dinero de Medina no llega y en el pueblo no podemos seguir sufragando este servicio, cuyo pago corresponde al Ayuntamiento de cabecera», asegura.
García-Diego ha lamentado el «abandono» al que el regidor medinés y diputado provincial José Antonio López Marañón ha condenado a esta pedanía, a la que, tras dos años de deudas en alumbrado público, le comunicó en 2012 y por escrito que se desentendía de este gasto, alegando problemas económicos a causa de la crisis.
Mientras tanto, asegura que está empleando todos los medios a su alcance para conseguir que el Consistorio medinés asuma su obligación de sufragar el alumbrado público de la pedanía.
No obstante, el alcalde pedaneo ha aseverado que tienen que prescindir de este servicio «una situación cuyo único responsable es el Ayuntamiento de Medina de Pomar».