El Presidente parece que propuso al President: «Tú pide el referéndum y yo me opongo. Incluso puedo llegar al Constitucional, que parará la convocatoria mientras decide; y tardará años en dictar una resolución contraria. Entonces disuelves el Parlament y convocas elecciones». «¿Plebiscitarias?» Sugirió el catalán.»Elecciones (punto)» apostillo el gallego.
«¿Y si los Republicanos se ponen pesados?» Inquirió Mas. «Si has convocado elecciones ERC tendrá que esperar al resultado», replicó Rajoy. «Y si ganan, no te preocupes, eso déjamelo a mí».
¿La consulta quedará aplazada?
Si el escenario fuera el descrito la consulta pasaría a calendas griegas y sería sustituida por elecciones. Elecciones para el 2015 o para el 2016 (es lo que anunció Mas). Para entonces habrán pasado los comicios europeos (2014), las municipales y parte de las autonómicas y, con suerte, las generales en 2015. El Gobierno de Estado habrá ganado tiempo y poco más; pero un tiempo precioso. Si la economía ha empezado a respirar las ansias soberanistas se irán aplacando, al menos, eso parecería lo natural.
Con ello se prepararían unas elecciones que, con seguridad, en el peor de los casos, dejarían el resultado en tablas. El Parlament no arrojará una mayoría absoluta clara y los pactos serán obligados. CiU después de muchas consultas gobernará en solitario o con algunos de los no separatistas (PSC-PSOE) y Cataluña empezará una legislatura diferente.
¿Un pacto fiscal diferenciado?
A cambio de la paz dialéctica, el Gobierno del Estado ofrecerá un pacto fiscal diferenciado a Cataluña. Una especie de «Cupo» vasco/navarro que habrá que imaginar durante estos años, aunque haya que reformar la Constitución.
Las reticencias del resto de las Comunidades Autónomas se irán calmando. Cuando los vientos de la economía soplen favorables, al socaire de la bonanza, las cuentas públicas mejorarán por sí solas. Eso tranquilizará a los políticos locales/autonómicos.
Esta vez Europa serenara el proceso
La Unión Europea, con una Merkel trufada de socialdemócratas, habrá avanzado en sus Instituciones y será más fuerte. Los tiempos turbulentos de las Primas de Riesgo serán historia. El BCE manejará la banca de la Zona Euro y las fronteras estarán consolidadas. Cataluña habrá comprendido que fuera del Euro no hay salvación.
Barcelona, que no Cataluña, no debe olvidar que lo que ella ahora considera una derrota se debió a la traición del imperio Austriaco y sus aliados europeos, que la abandonó. Las tropas borbónicas, que también tenían catalanes en sus filas, no lo hubiesen tenido tan fácil sin esa traición. Ahora el imperio central europeo será otra vez clave en el proceso y, afortunadamente, sin el uso de las armas, ni la traición.
¿Y Mas?
Pues Mas habrá sido deglutido por el proceso o, será otro Mas. Así que en todo caso se podrá decir: de «Mas a Mas» y tiro porque me toca. Y España jugará otra vez al Juego de la Oca con un tablero escrito en catalán.