Moriyón, en respuesta a los medios de comunicación tras un acto en el Consistorio, ha indicado que por esta nueva normativa del ruido, durante la pasada edición de la Semana Negra se hizo una suspensión temporal de la misma.
La regidora, que ha dicho hablar después de consultar los informes jurídicos al respecto, se ha comprometido con los vecinos del Pisón, próximos al recinto, y colindantes, a informarles de las condiciones en las que se celebrará el evento, si finalmente se llega a un consenso.
También ha pedido el mismo esfuerzo que pondrá el Ayuntamiento a las otras dos partes implicadas, la organización del evento y la Cámara de Comercio para intentar adecuar el festival al espacio y condiciones del recinto ferial. Es más, ha indicado que en el calendario que maneja el Gobierno Local figura la Semana Negra, en la primera quincena de julio, aunque la fecha se concretaría con la organización.
Ha insistido en que es «clara» la intención de que la Semana Negra se quede en la ciudad, por lo que se ha pedido a la organización del festival que rehaga su proyecto para adecuarse al recinto y a la Cámara para que ajuste el precio, mientras que el Ayuntamiento hará lo propio en cuanto al apoyo económico y de recursos que pueden solicitarle.
SIN MOLESTIAS PARA LOS VECINOS
La alcaldesa ha recalcado que «los enfrentamientos frontales» a la hora de imponer la Semana Negra anteriormente «no han tenido resultados». Ha apostado, en este sentido, en que cuente con su espacio y su tiempo en el verano gijonés, y acabar así con «esta pelea» de 24 años en la que hubo nueve ubicaciones y dos sentencias en contra. «Es un poco cansino», ha dicho del asunto de la itinerancia del evento.
Junto a Moriyón ha estado el presidente de la Cámara de Comercio de Gijón, Félix Baragaño, y el director comercial del recinto, Álvaro Muñiz. El primero ha reconocido que ha habido contactos con la organización del evento y que la voluntad de la Cámara es que se pueda adaptar al recinto, para lo que se está trabajando sobre unos borradores técnicos. En el tema económico, ha indicado que se tiene que llegar a «un punto de equilibrio que satisfaga a todas las partes».
En cuanto a las sentencias judiciales contra anteriores ubicaciones de la Semana Negra, ha dejado claro que el festival deberá adaptarse «completamente» a la normativa y a las consideraciones oportunas que se hagan para no causar molestias a los vecinos. «La única posibilidad es ser respetuoso con el entorno», ha dicho, antes de augurar que se podrá llegar a un consenso en este aspecto. La idea, para Baragaño, es que la feria sea la sede definitiva de la Semana Negra.