El alcalde de Palma, Mateu Isern, ha indicado este martes que el cambio de denominación de la ciudad que se producirá con la modificación de la Ley de Capitalidad y que convertirá a Palma en Palma de Mallorca es para que se produzca una «identificación inmediata», especialmente de cara al turismo, y para facilitar así la «eficiencia hacia terceros».
En declaraciones a los periodistas en los pasillos del Parlament, el primer edil de la capital balear ha admitido que sería «tonto» que los palmesanos o mallorquines llamen Palma de Mallorca a partir de ahora a la ciudad y ha incidido en que esta modificación en el término es para mejorar la «eficacia y eficiencia hacia terceros».
Además, ha señalado que históricamente a la ciudad se le ha llamado con diferentes términos, «ha habido de todo», si bien «a nivel interno no hará falta ponerle el apellido», ha reiterado en relación a la posibilidad de que los mallorquines también la vayan a llamar así.