¿Quién dijo asunto terminado? Los siete bancos españoles del Ibex 35 acumulan unas pérdidas de 14.000 millones de euros en su valor de mercado desde que el pasado domingo las autoridades europeas hicieron públicos los resultados de los test de estrés. Unas pruebas que las entidades financieras han pasado con nota pero que no evitan que estén viviendo una de las semanas más duras del año en un escenario cada vez más cargado de dudas.
En sólo cuatro sesiones, la capitalización bursátil de Banco Santander, BBVA, Caixabank, Bankia, Banco Popular, Banco Sabadell y Bankinter se ha desplomado desde los 207.623 hasta los 193.578 millones de euros. Una caída a la que no escapa ninguna entidad y que demuestra hasta qué punto persisten las dudas de los inversores sobre la buena salud de la banca europea después de unos test de estrés que se saldaron con 25 suspensos y un déficit de capital de 24.600 millones de euros.
La fuerte corrección de esta semana está reduciendo sensiblemente las ganancias acumuladas por los bancos españoles durante el año, todas ellas muy significativas con la única excepción de BBVA, cuyo castigo se ha visto aumentado por la publicación de unos decepcionantes resultados del tercer trimestre. El resultado es que el banco que preside Francisco González ha entrado en pérdidas en bolsa durante la sesión.
¿Qué razones explican la caída en bloque de la banca española en bolsa? Los analistas apuntan tres razones, y ninguna tiene que ver con los resultados de unas pruebas de esfuerzo que han resultado muy satisfactorias. La primera es la catarata de dudas que ha provocado el suspenso de nueve entidades italianas en los test de estrés, con Monte dei Paschi (que tendrá que captar 2.110 millones de euros para tapar sus agujeros) a la cabeza.
Los inversores han decidido cubrirse las espaldas, porque aunque las necesidades de liquidez de la banca transalpina parecen totalmente asumibles, la realidad es que los test han sacado a la luz todas sus carencias. No está ayudando tampoco la reacción inicial de las autoridades italianas, que como el Banco de Italia ha puesto en duda las cifras de recapitalización que exige Bruselas.
En clave local
La segunda razón se lee en clave local y tiene que ver con los primeros resultados del tercer trimestre publicados por los bancos españoles. En conjunto, las cuentas de las entidades que ya se han retratado hasta los inversores no han arrojado sorpresas positivas. Las que hay son de otro signo, como en el caso mencionado de BBVA. Los inversores van a asumir los riesgos justos hasta que Popular y Santander completen la temporada de resultados este viernes y el próximo 4 de noviembre, respectivamente.
Además, los grandes fondos empiezan a descontar en las cotizaciones de los bancos la debilidad de la economía de la zona euro, que tarde o temprano terminará por impactar sobre España, que en el segundo trimestre lideró el área con una subida del PIB del 0,6%. Una expectativa que afecta fundamentalmente a los bancos domésticos, que pueden ver como se ven truncadas sus expectativas de mejora en suelo español.