La muerte de al menos 232 personas en una discoteca de la ciudad brasileña de Santa María ha dejado de luto a todo Brasil, pero particularmente a la comunidad universitaria, ya que muchas de las víctimas eran jóvenes de las facultades de la Universidad Federal de Santa María (UFSM)
“Sentimos mucho que, en medio a un momento de fiesta, la tranquilidad del país, de hermanos y amigos sea interrumpida por la noticia de una fatalidad de esta dimensión” ha manifestó en un comunicado el director de la UFSM (la universidad más importante de las ocho que alberga la ciudad), Felipe Martins Müller.
El rector, que ha afirmado estar “consternado por la tragedia”, ha declarado luto en la institución y ha convocado a “todos los sicólogos y asistentes sociales de la universidad” para que comparezcan al Centro Deportivo Municipal de la ciudad. Su finalidad, según ha explicado Müller, será ayudar a los familiares de las víctimas y a la comunidad educativa.
Los cadáveres han sido trasladados al Centro Deportivo Municipal, en cuyos alrededores centenares de familiares y amigos desesperados esperan noticias de los que todavía consideran desaparecidos con la esperanza de que no estén en la lista de muertos. Hasta el momento, de los 245 muertos confirmados por las autoridades sólo han sido identificados seis, cinco de ellos hombres y una mujer, sin precisar sus edades.
Brasil todavía no se lo cree
“Todavía estamos en estado de shock, trabajando mucho para ayudar a las víctimas. Me gustaría que este día no hubiese amanecido”, ha afirmado al diario Zero Hora la directora del Hospital Universitario de Santa María, Elaine Resener, cuyo hijo Luiz Arthur Resener de Moraes, de 25 años, estudiante de medicina, está entre los heridos.
Resener ha relatado que un amigo llegó a su casa esta madrugada para informarle de lo sucedido y que su hijo estaba entre los primeros que habían sido socorridos y trasladados a un hospital de la ciudad. «Corrí para allá (para la discoteca) y cuando vi aquel montón de personas frente al local comencé a tener noción del tamaño de la tragedia», ha agregado la directora.
La conmoción causada por la tragedia ha llevado a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, a suspender su participación en la Cumbre de la Celac-UE en Santiago de Chile y regresar al país para dirigirse a Santa María y estar al lado de la población. El ministro de Educación, Aloizio Mercadante, que estaba con Rousseff en Santiago, también ha emitido un comunicado en el que «lamenta profundamente la tragedia»