Poco se conoce de la vida personal de Miguel Ángel Flores, el presidente de la compañía Diviertt S.L., empresa organizadora de la fiesta de Halloween en donde murieron Teresa, Rocío, Cristina, Katia y Belén en 2012.
Flores es un hombre muy conocido en el mundo de la noche y de las fiestas, sobre todo en Madrid. Comenzó con pequeñas discotecas como plan de negocio y poco a poco se convirtió en un todo un magnate de la noche española. Tiene a su cargo 24 sociedades en las cuales es administrador único en gran parte de ellas.
Una de las empresas más fructíferas que tuvo Flores fue la sala Macumba en Madrid. Con ella ganó millones pero las relaciones que mantenía con su socio, Antonio Aguilar, no acabaron bien.
Uno de sus primeros problemas con el sobreaforo se produjo precisamente en esta discoteca. Durante sus 13 años al frente de Macumba, sólo una vez, se vió implicado en una intervención policial. Una noche, la Policía Municipal tuvo que desalojar la sala, cuando 800 personas que habían comprado su entrada por Internet no pudieron entrar por estar la discoteca abarrotada.
Flores también dirige FSM group, empresa que gestiona siete salas en Madrid, una en Ecuador y tres festivales de relevancia: Space of Sound Festival, Klubbers Day e Infinita Gay Week.
Con FSM Group también llegó su gran fracaso: el intento de reapertura -con el nombre de Adraba- de Alcalá 20, la discoteca en la que murieron 82 personas en 1983. La reabrió sin licencia y gracias al apoyo de Pedro Calvo y Miguel Ángel Villanueva pudo solventar dos órdenes de clausura.
Desde la tragedia del Madrid Arena su actividad social ha caído en picado. Antes era el gran anfitrión de las fiestas VIP de la capital mientras que ahora apenas trata con sus proveedores. Flores dirige sus negocios desde España, ya que tiene prohibido salir del país.
El titular del juzgado de Instrucción número 51 le retiró el pasaporte como medida preventiva. Su libertad vigilada no parece haberle causado problemas. Hasta el momento, ha cumplido con el trámite de presentarse dos veces ante las autoridades y de estar localizado de forma permanente.
De momento, pasará el aniversario de la tragedia fuera de la cárcel (pagó una fianza de 200.000 euros) y, de momento, no tendrá ningún quebradero de cabeza, por lo menos, hasta final de año. Según 20minutos, el juez Eduardo López-Palop prevé acabar la investigación del caso a finales del mes de diciembre, con lo que el juicio oral por las muertes de Katia Esteban Casielles, Cristina Arce, Rocío Oña, Belén Langdon y María Teresa Alonso no se abrirá hasta después de esa fecha.
Muy bien relacionado con el mundo de la política
La agenda de Miguel Ángel Flores estuvo repleta de contactos con políticos y autoridades. Mantenía un estrecho vínculo con el vicealcalde de Madrid negó pero que, tras las evidencias desveladas por diversos medios, le acabó llevando a la dimisión a principios de este 2013. Entre estas evidencias apareció una fotografía del exvicealcalde de la capital con Miguel Ángel Flores para el Vanity Gay.
Esta amistad que hay quien apunta que ayudó a Flores a convertirse en todo un experto en librarse de cualquier clase de imputación pese a repetirse su nombre en dos de los sumarios más importantes del mundo de la noche.
Estos dos casos son el de la operación Edén -la más importante realizada por la policía contra las mafias que controlaban la noche y los locales más glamourosos de Madrid en 2009, con el empresario colombiano Laurentino Sánchez Serrano, Lauro, como una de las principales piezas- y el del caso Guateque -trama de tráfico ilegal de licencias para locales públicos que implicaba a empresarios, funcionarios y altos cargos del Ayuntamiento de Madrid descubierta a finales de 2007-.
Sin embargo, su relación con el mundo de la política se ha ido devaluando año tras año. Esa magnífica relación con los altos cargos del Ayuntamiento de Madrid, ha perdido peso algo que quedó en evidencia cuando no se le invitó a concursar en la concesión de tres macrodiscotecas en la Casa de Campo. El concurso, convocado por Madrid Espacios y Congresos, se lo llevaron los gestores de la discoteca Kapital, también de Madrid, y grandes enemigos empresariales de Flores.
El empresario Miguel Ángel Flores, responsable de la fiesta de Halloween donde el 31 de octubre de 2012 fallecieron cinco jóvenes, ha admitido que la noche de la tragedia fallaron «muchas cosas» pero que él no es el «único responsable» dirigiendo la mayor parte de esta responsabilidad al Ayuntamiento de Madrid, como responsable de Madridec, y a la empresa de seguridad Seguriber.
«No soy el único responsable»
El empresario ha concedido su primera entrevista a »El Mundo» unos días antes de complirse el primer aniversario de la tragedia del Madrid Arena. En esta entrevista explicó que después de 26 años en el mundo del ocio y tras 30 eventos organizados, «nunca» ha tenido «un problema» como el del Madrid Arena y que le ha afectado «personalmente». «Lo llevo todos los días, siento muchísimo la pérdida de estas niñas», ha añadido.
No obstante, advierte de que no es el único responsable. «Considero que no soy el único responsable», dice en la entrevista, recogida por Europa Press, donde añade que asumirá toda la responsabilidad «que salga del procedimiento» pero que no va a asumir «la de los demás».
Flores ha explicado que tiene puesta una demanda contra la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, «por decir cosas» como que es el «principal responsable» de lo sucedido. «Tienen que asumir sus responsabilidades y no desviar toda la responsabilidad al promotor», ha señalado.
En este sentido, ha explicado que en Madridec le «imponen» todo en el recinto, quién es la empresa que tiene que contratar de limpieza y de seguridad, y que él paga a Madridec. «Son ellos los que imponen todo y tienen que asumir responsabilidades», ha insistido el empresario, que ha aclarado que no existe con él un «contrato de exclusividad» sino un convenio que se firma cada cuatro años porque realiza muchos eventos.
Fallaron muchas cosas
Flores ha señalado, además, que esa noche «fallaron muchas cosas», tanto en la seguridad interna del recinto «por parte de Seguriber» como en los alrededores. «No hubo suficiente policía y medios para controlar las características del evento», ha considerado, al tiempo que ha reconocido que en otros casos sí que la han tenido y que en este no sabe «por qué no».
En concreto, ha añadido que en este evento no se le llamó para organizar el dispositivo de Seguridad y que la misma es «obligación de Seguriber, que es el responsable de la Seguridad». «Nosotros somos el cliente (y podemos hacer de apoyo), pero ellos tiene que prevenir cualquier riesgo, controlar los aforos y que las personas que no tienen entrada o autorización no entren, son los responsables de controlar todo», ha reiterado.
En este punto, recalcó que él es un «cliente» en un recinto municipal, donde le «imponen todo», incluido la seguridad, y que «uno piensa que cumple con todos los requisitos para que el evento se pueda realizar en condiciones». «La legislación exige muchas coas que estos señores no han cumplido», añade, en referencia a Madridec y a la empresa seguridad Seguriber.
Flores ha explicado que hasta que no ha pasado esto y ha tenido que estar «defendiendo» su persona no ha conocido «técnicamente y legalmente todos los errores». «Pero el Ayuntamiento, Madridec y Seguriber son conocedores y lo alquilaban a sabiendas y sabían», ha apuntado el empresario, quien ha indicado que cuando él organizaba un evento en un espacio público daba por hecho que tenían las correspondientes licencias.
En cuanto al aforo, ha lamentado que «toda la responsabilidad» se esté «desviando» a esta cuestión «sin contemplar otros asuntos de seguridad». «En estos momentos no existe un aforo legal, me han asignado varios aforos dependiendo del evento. Me asignaron (Madridec) 10.600 (para la del Madrid Arena) pero en otro similar, fueron 12.500, en otro 14.600 y hay dos eventos en los que me han asignado casi 18.000 personas», ha detallado.
En opinión de Flores, el botellón fue una de las causas principales pero en la forma. «Cuando uno tiene una Casa de Campo con 5.000 personas fuera y 10.000 dentro, hay un grave problema», ha señalado.
También arremete contra la empresa de Seguriber, a los que acusa de «manipular» las imágenes de las cámaras, se pregunta cómo es posible que no haya cámaras en el vomitorio donde ocurrió todo y que haya imágenes en los medios de comunicación que ni siquiera están en el juzgado.
También se pregunta cómo el responsable de vigilar las cámaras no vio que estaban produciéndose avalanchas. «Al principio dijo que se había dormido, después que había salido fuera a descansar y luego lo llamó vigilancia pasiva», ha explicado.
Por último, ha indicado que en sus discotecas han sido clientes hijos de la actual alcaldesa, Ana Botella, del anterior alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón y que como ellos, «muchos famosos y políticos». «Todos tienen derecho a celebrar un cumpleaños o una fiesta y no creo que esté prohibido», ha añadido.