Hoy El Correo Gallego publica el segundo capítulo de la entrevista en exclusiva a Alfonso Basterra en la cárcel de Teixero. El periodista y excompañero del padre de la pequeña Asunta, aparecida muerta hace poco más de un mes, Demetrio Peláez, cuenta que su aspecto es bueno.
«Confío en su inocencia (de Rosario Porto), deseo con todas mis fuerzas que pueda salir bien de este embrollo y que, pese a no ser religioso, pido a diario que sea así», cuenta Basterra que no duda en la inocencia de su exmujer a pesar de los indicios que hay en su contra: grabaciones de cámaras de seguridad, declaraciones contradictorias,…
Además, el padre de la pequeña Asunta, recalca que su relación con «Charo» volvía a ser buena tras la separación. Comenta que comían muchas veces en casa juntos y que el podía ver a la niña siempre que quisiera.
«Llevábamos veinte años juntos y, pese a que tuvimos problemas y nos separamos, en los últimos meses hubo entre nosotros un acercamiento y estábamos bien de nuevo. Cada uno hacía su vida en pisos separados, pero nuestra relación volvía a ser buena. El cariño permanece», señalaba Basterra.
Basterra compraba el Orfidal a su exmujer
Tal y como recoge El Correo Gallego, Basterra reconoce que compraba el Orfidal a su exmujer a veces. Cuenta que el episodio de julio por el que estuvo ingresada en el hospital se debió a un «ataque de estrés brutal» que coincidió con unas obras en su piso de General Pardiñas.
«Un día sintió que un párpado se le cerraba, fuimos a urgencias, la trataron y le dieron el alta, pero al día siguiente volvió a pasarle lo mismo, nos preocupamos y volvimos al hospital, donde la volvieron a reconocer y decidieron ingresarla. Allí estuvo una semana y yo le hice toda la compañía que pude. Hasta dormía en una butaca a su lado».
A partir de este episodio fue cuando recetaron Orfidal a Rosario Porto. Basterra aseguraba al periodista de El correo gallego que él compraba los medicamentos con recetas de la Seguridad Social en una farmacia que tiene cerca de casa.
«Si hubiese querido no dejar rastro, me hubiese ido a comprarlos a otra ciudad o yo que sé, ¿no? ¿En qué cabeza cabe que vaya a comprar al lado de mi casa pastillas con las que, según dicen, estaba drogando a mi hija? Es de locos», destacaba el padre de Asunta.
«¿Para quién voy a cocinar ahora? Me he quedado solo»
Demetrio Peláez destaca que Basterra se derrumba visiblemente cuando tiene que hablar de su hija fallecida. El padre de la niña habla de lo buena que era su relación con ella y que se veían mucho.
«¿Para quién voy a cocinar yo ahora? Me he quedado solo en el mundo, absolutamente solo», dijo Basterra.