El óleo de colza, según el secretario de la UPA, Aurelio González, es una buena alternativa para «combatir el aceite de palma»; sin embargo, aunque el aceite de colza tiene unas propiedades nutricionales muy destacables, es económico y muy seguro, su imagen sigue inspirando desconfianza a muchos consumidores.
El aceite de colza es conocida en la India desde hace más de 4.000 años, aunque hasta Europa no llegaría hasta el siglo XIV. Hay países en los que este aceite es el más utilizado, como Alemania o Canadá, pero en España no acaba de convencer. Parece que el motivo lo encontramos en una intoxicación masiva que se produjo en el año 1981 y que afectó a más de 20.000 personas.
La causa de esta intoxicación no fue ninguno de los componentes del aceite de colza como tal, sino una serie de contaminantes que aparecieron en él como consecuencia de su tratamiento y manipulación como una grasa industrial, no alimentaria, que se desvió fraudulentamente para consumo humano.
El aceite de colza es una fuente saludable de vitamina E, contiene un 29% de los ácidos grasos no saturados y, junto al pescado azul, es uno de los alimentos que mayor y mejor aporte nos realizan de ácido linoléico, más conocido como Omega 3, indicado para la prevención de afecciones cardiovasculares y la regulación del colesterol.
No obstante, al igual que el aceite de palma, contiene ácidos grasos saturados que pueden ser perjudiciales para la salud, pues contribuyen a la formación de depósitos grasos en el corazón. Además, es muy sensible a la oxidación por lo que al ser utilizado en frituras desprende olores desagradables muy rápido.
¿Mejor que el aceite de palma? Parece que sí. Su competidor más directo sería el aceite de girasol y lejos queda la posibilidad de compararlo con el aceite de oliva, que cuenta con el mayor valor nutricional de entre los aceites vegetales. Eso sí, su producción se ha cuadruplicado en España desde 2010 y está protagonizando actualmente un auténtico boom en los campos españoles.