Rusia prometió hoy responder «muy pronto» a la expulsión de veintitrés de sus diplomáticos en el Reino Unido, en represalia por el envenenamiento del exespía Serguéi Skripal y su hija Yulia, y adelantó que, como poco, las medidas incluirán la salida de personal diplomático británico en su territorio.
La respuesta «será muy pronto» e incluirá «obligatoriamente» la expulsión de diplomáticos británicos en Rusia, dijo a los periodistas el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov.
Indicó que informará primero de las medidas a Londres, en lugar de anunciarlas ante los medios de comunicación.
«Así actúan los caballeros, pero, por lo visto, cada vez quedan menos», afirmó el titular de Exteriores, en una crítica al proceder de las autoridades británicas.
Las grandes potencias de Occidente dejan patente su seguridad al culpar a Moscú del envenenamiento de Skripal y su hija y argumentan que el gas nervioso con el que fueron intoxicados -perteneciente a un grupo de sustancias llamadas «Novichok», desarrolladas supuestamente en la Unión Soviética- sólo pudo salir de Rusia.
Los líderes del Reino Unido, Estados Unidos, Francia y Alemania emitieron hoy una declaración conjunta en la que cargaron a Rusia la responsabilidad por los hechos registrados el 4 de marzo en Salisbury, en el sur de Inglaterra.
El viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Riabkov, negó hoy la existencia de un programa de armas químicas llamado «Novichok» (Novato), ni en la URSS ni en Rusia.
«Quiero decir con toda la seguridad que nunca existió ningún programa llamado ‘Novichok’, ni en la URSS ni en Rusia. Las informaciones sobre la supuesta existencia de ese programa las difunde gente que en su día emigró a Occidente, no sin la participación de gobiernos occidentales», subrayó Riabkov a la agencia Interfax.
Rusia, agregó, «cerró todos los programas de desarrollo de nuevas armas químicas nada más adherirse a la Convención» sobre la Prohibición de este tipo de armamento.
Ante las acusaciones, Rusia ha solicitado al Gobierno británico que le proporcione muestras del gas nervioso con el que fueron atacados Skripal y su hija, pero el ministro de Exteriores del Reino Unido, Boris Johnson, ya ha dejado claro que Londres «no tiene intención» de atender a esa petición.
El titular británico de Defensa, Gavin Williamson, fue hoy el más duro entre sus colegas del Gobierno, al asegurar que «Rusia es capaz de mucho más» y señalar que este país debería «irse y callarse» después de tomar «una deliberada decisión política al atacar al Reino Unido».
«Ya está todo decidido y, como han dicho nuestros colegas británicos, a nosotros no nos enseñarán nada. Ellos lo saben todo y a nosotros sólo nos queda admitir nuestra culpa, para que luego nos castiguen», resaltó Lavrov.
El titular de la diplomacia acusó al Reino Unido de «rusofobia» y de tener «motivos poco limpios» al responsabilizar a Rusia del ataque, en un intento de que «el mundo occidental cierre filas con ellos».
La portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, atribuyó las acusaciones contra Moscú a «una colosal campaña» para solucionar los problemas internos de Londres, mientras que Lavrov relacionó estas acciones directamente con el «brexit», la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
«Al pensar acerca de los motivos del Gobierno británico, parece claro que Londres se encuentra en una situación muy difícil en cuanto a sus negociaciones con la Unión Europea sobre el ‘brexit'», manifestó al respecto.
Otro motivo, agregó, podría ser «su deseo de liderar, para que no se olviden de ellos».
«En este caso, han elegido el ámbito de la rusofobia porque son cada vez menos las esferas en las que el Reino Unido puede liderar», recalcó Lavrov.