Tal y como estaba previsto, tanto Don Felipe como Don Juan Carlos continuaron ayer con su agenda oficial después de la abdicación.
Tras la despedida televisiva de la mañana, que apenas duro cinco minutos, el Rey, satisfecho y con la sensación del deber cumplido, se dirigió a los numeros periodistas congregados en el Palacio de la Zarzuela. El Rey tenía una audiencia con el presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, Thomas Donohue, que no quiso cancelar.
Sonriente y relajado, el Rey bromeó, asegurando que nunca la prensa se había interesado tanto por él como hoy.
«¡Qué barbaridad!», había comentado, divertido, momentos antes, al entrar en el Salón de Audiencias de Zarzuela para recibir a su invitado, ante un nutrido grupo de periodistas acreditados, tanto fotógrafos, como camarógrafos y redactores de diversos medios.
El de ayer por la tarde des el primer acto oficial del jefe del Estado tras su decisión de abdicar en favor del Príncipe de Asturias, hecha pública en la mañana del lunes por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y explicada después por él mismo en un mensaje a los españoles.