Un mal augurio el jueves pasado para el Gobierno: los cierres de la prima de riesgo y la Bolsa del jueves, 405 puntos la una (la más alta del año) y 7.660 la otra (la más baja de 2012). Para un ejecutivo cuya baza principal es estar compuesto por expertos económicos esas noticias a cien días de su toma de posesión no son buenas. Más bien, son malas, pintan bastos para Rajoy.
¿Que está fallando?
Las opiniones de los gurús económicos no es que las reformas sean radicales. Al contrario, son moderadas; no son suaves, más bien son duras, pero sin pasarse. La Reforma Laboral es completa, pero adolece de complejidad, para comprenderla hay que conocer el mercado laboral en profundidad. La Reforma Financiera sólo la entienden, valga la redundancia, los entendidos, está en el arcano del misterio. La Reforma de la Administración está en veremos, con las Autonomías levantiscas de Andalucía, Canarias, Cataluña, País Vasco y quizás Asturias añadiendo incertidumbre al proceso. De la Reforma Energética sólo pueden opinar los técnicos; al público en general le importan la subida del recibo y los rifirrafes respecto a si las prospecciones petrolíferas en el mar mediterráneo o en Canarias se van a realizar.
Además los telediarios de TVE dan una opinión del Gobierno, seguida de, al menos, cinco contrarias (PSOE, CiU, PNV, IU, UPyD). Eso da la impresión de que el Gobierno tiene en contra a la opinión pública, cuando el PP obtuvo mayoría absoluta. Ya lo dijo Goebbels, ministro nazi de propaganda: una mentira repetida muchas veces tiende a convertirse en verdad.
Primera hipótesis: al Gobierno le está fallando la estrategia de comunicación. Segunda: Rajoy está midiendo los tiempos esperando que escampe, dado que tiene cuatro años por delante.
¿Es estrategia o problemas de comunicación?
Los mercados internacionales y nacionales están nerviosos. Las cifras del jueves lo indican. Por eso, no importa lo que piense el Ejecutivo. Importa lo que digan los mercados y a estos no se les está trasmitiendo tranquilidad. Esperar a que las Reformas den frutos tiene el inconveniente de que si la prima de riesgo sigue subiendo se aleja la posibilidad de cumplir el déficit, por el coste del servicio de la deuda. Por tanto, independientemente de si el problema es de estrategia o comunicación hay que serenar los mercados ¿Cómo?
¿Consenso?
Es difícil, pero si se consiguiera consenso entre el PP y el PSOE se serenarían las aguas. No es un empeño sencillo. Primero habría que explicar a los ciudadanos que es necesario un esfuerzo conjunto de las dos grandes fuerzas políticas. Segundo habría que articular ese consenso con acuerdos, incluso de Gobierno. Hay dos oportunidades la andaluza y la asturiana. En ambas se podrían hacer Gobiernos de coalición. Empezar por ahí sería una buena señal.