Sobre la nueva imagen de mayor modernidad y cercanía que presenta la Casa Real, José Luis Sampedro Escolar, historiador y Vicepresidente de la Asociación de Diplomados en genealogía, Heráldica y Nobiliaria, considera que «dado que no pueden trasmitir una imagen de ejemplaridad moral, ahora se están centrando en la imagen a secas«.
Esto no es nuevo en la historia de las monarquías europeas. En los años sesenta del pasado siglo, la Reina Julia de Holanda salía en las revistas paseando en bici para ir a la compra; justo ella, cuya familia es una de las mayores fortunas no ya de Europa, sino del mundo. Y cuando subió al trono el Rey Abdallah de Jordania, se disfrazó con los ropajes de un santón musulmán para entrar de manera inadvertida en un mercado y así conocer de primera mano las necesidades y preocupaciones del pueblo. Al poco rato fue descubierto para recibir una aclamación de los lugareños. Por supuesto, todo estaba amañado.
Ante estos ejemplos, Sampedro señala que «en la Familia Real holandesa, y en la Gran Ducal de Luxemburgo, cuando alcanzan cierta edad, dimiten de su cargo, como si fuesen unos funcionarios. Se trata de representar que son uno más, como otro ciudadano cualquiera. Por mi parte, creo que a la institución monárquica hay que darle un cierto toque diferenciador. El Rey es Rey las 24 horas del día, y no se debe equiparar con el resto de los ciudadanos«.
En cuanto a la presencia de Urdangarín en la Web, Sampedro considera que la Familia Real no tenía más remedio que hacerlo. «Su ligazón formal con la Casa Real -está casado con una de las infantas- no se ve afectada por sus relaciones con la justicia. Creo que no habría habido justificación posible en el caso de que hubiesen omitido su imagen del a Web«, afirma.
Sampedro considera que «no se puede quitar a Urdangarín de la Web de la Casa del Rey mientras sea el marido de una de sus hijas«. Así pues, mientras no fallezca o haya una ruptura formal del vínculo que le mantiene unido a la Infanta Cristina, Urdangarín tiene que seguir en la Web Real. Incluso si fuera a la cárcel seguiría siendo el marido de una Infanta y, por tanto, miembro de la Familia Real.
Sobre estas cuestiones, Amadeo Martín Rey y Cabieses, Doctor en Historia y profesor de Dinastías Europeas, opina que «la Familia Real no se tendría que preocupar por ellas, sino por llevar una vida de acuerdo con la moral y las buenas costumbres, y de ahí saldría luego de manera natural la buena imagen y el ejemplo«.
De hecho, la ejemplaridad es una de las principales funciones de la Familia Real. Los que forman parte de este selecto grupo a cambio tienen que tener una conducta intachable, dado que ellos son una referencia para el resto de los ciudadanos.
«La Familia Real española«, precisa Rey y Cabieses, «hasta ahora ha tenido buena fama, y no solo en España sino también en el extranjero. Esto ya no es así. Se puede recuperar, sí, el problema es que la buena fama cuesta años ganarla y, en cambio, se pierde en un momento. La ventaja es que disponen de tiempo. De no consiguirlo el padre, tal vez pueda hacerlo el hijo -si los ciudadanos les siguen otorgando su confianza, claro. Pero repito que lo importante es el buen hacer, luego ya vendrá la buena imagen como algo de suyo«.
Pero el hecho es que la prensencia de Urdangarín enturbia esa nueva imagen que la Casa Real quiere proyectar. Ante esta situación, Rey y Cabieses precisa que «un Real Decreto de 1987 establece quien forma parte de la Familia Real. Y los consortes de los hijos e hijas del Rey forman parte de la misma. Otra cosa es que, cada vez que es noticia Urdangarín, la imagen de toda la Familia Real se vea afectada. Dado que es costumbre española que el consorte de una dama titulada, en este caso la Infanta Doña Cristina, Duquesa de Palma de Mallorca, use el mismo título que su cónyuge, sería positivo que a pesar de eso Iñaki Urdangarían dejase de usarlo. En los demás países de Europa los consortes varones de una princesa o de una dama titulada no pueden usar el título de su mujer. En las presentes circunstancias sería un acto consecuente por parte del Duque consorte de Palma de Mallorca que dejase de usar dicho título«.