Miguel Hernández habría cumplido ayer 107 años y, hoy, figuras de la cultura le han rendido homenaje en el Instituto Cervantes, al que ha llegado «in extremis» el ministro Íñigo Méndez de Vigo, quien ha declarado sentirse «en gratitud» con este poeta «patrimonio español».
El poder de convocatoria del poeta oriolano ha congregado a más de 200 personas esta tarde en el Instituto Cervantes, en un evento al que ha asistido, con algo de retraso por motivos de agenda, el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo.
«Estoy muy contento de estar aquí. No ha sido fácil porque el presidente del Gobierno ha tenido la idea de convocar un Consejo de Ministros extraordinario a las 18:00 horas, pero aquí estoy», ha bromeado a su llegada, antes de reivindicar la obra de Hernández y la literatura como «bálsamo reparador» cuando «nos topamos con muros que parecen impedir toda salida».
Méndez de Vigo ha recalcado, en este acto celebrado en el año en que se conmemora el 75 aniversario de la muerte del poeta, que «no ha ido al homenaje solo como ministro de Cultura», puesto que, los versos de Hernández le «han acompañado toda la vida», desde que los «descubriese» gracias a las canciones de Joan Manuel Serrat.
Aunque no ha sido Serrat, sino el cantaor flamenco Manuel Gerena, quien ha puesto el broche de oro a este acto poniendo música a poemas como «Nanas de la cebolla» ante un entregado público.
«La obra de Miguel Hernández ha sido, sin duda, inspiración para mucha gente, ha sido acompañamiento, y hoy, afortunadamente, es patrimonio de todos los españoles», ha recalcado el responsable de la cartera de Cultura y Educación, quien también ha dicho tener una «deuda muy especial» con el poeta oriolano.
El ministro pactó con un amigo, ha relatado, que cuando el primero de ellos falleciese, el otro recitaría en su entierro «Elegía a Ramón Sijé», una promesa que cumplió hace 15 años: «Yo quiero ser llorando el hortelano / de la tierra que ocupas y estercolas / compañero del alma, tan temprano», dicen los versos hernanianos.
En este acto, el catedrático Jesucristo Riquelme ha presentado «Las obras completas de Miguel Hernández», el resultado de un arduo trabajo de investigación, que le han agradecido el director del Cervantes, Juan Manuel Bonet, y el poeta Luis García Montero.
Emilio Bascuñana, alcalde de Orihuela, localidad natal de Hernández, también ha asistido al homenaje en la sede de la institución que, desde esta mañana, alberga una primera edición de «Perito en lunas» (1933), el «legado in memoriam» de Hernández en la Caja de las Letras, que ha depositado allí el alcalde oriolano.
El ejemplar de «Perito en lunas», que inauguró la producción poética de Hernández (Orihuela, Alicante, 1910 – Alicante, 1942) se convierte así en el legado número 30 de la Caja de las Letras -el tercero póstumo, tras los de Gabriel García Márquez y Antonio Buero Vallejo- y permanecerá allí, en la caja 1567, los próximos 3 años.
«Miguel Hernández es conocido como el poeta universal, pero yo diría que no es el poeta universal solamente porque su obra está a lo largo de todo el mundo: es el poeta universal porque llega a todos», ha remarcado Bascuñana.
Ha apostillado que su paisano «abogaba por los más desfavorecidos», que «hacía visibles a los invisibles». Un poeta «sencillo, natural, directo» del que todos los oriolanos se sienten «muy orgullosos», y que fallecía prematuramente en 1942.
«Hernández hoy es un poeta felizmente universal, luminoso. Creo que hoy alcanza su obra a todo tipo de personas dentro y fuera de España», ha dicho, por su parte, Juan Manuel Bonet.
La jornada se ha convertido en un homenaje maratoniano, ya que esta mañana, también, se ha fallado el Premio Nacional de Poesía Joven Miguel Hernández, que ha recibido Ángela Segovia (Navas del Márquez, Ávila, 1987) por su obra «La curva se volvió barricada».