Las imágenes describen a la perfección la decisión que ha tomado Birmania. Las fuerzas del Gobierno han destruido más de 55 aldeas rohingya en tan solo dos meses. Desde que comenzara la ofensiva el pasado mes de agosto, la población de esta etnia, de religión musulmana, ha tenido que huir y sobrevivir en campos de desplazados. Ahora, el Gobierno ha decidido destruir sus casas.
Las imágenes han sido exhibidas por la ONG Human Right Watch y pone de manifiesto como decenas de aldeas han quedado arrasadas tras el paso del ejército birmano. La fotografía es una comparativa entre el mes de diciembre de 2017 y febrero de 2018. La ONG ha acudido al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU) para que exija al Gobierno birmano que detenga estas destrucciones. HRW considera que se podría tratar de “escenarios de crímenes” y por ello deben ser protegidas.
“La mayoría de estas aldeas están entre las 362 aldeas destruidas parcialmente por ataques incendiarios, dicen desde la organización. El pasado 25 de agosto las fuerzas birmanas entraron en sus campos como respuesta a los ataques de milicianos y comenzaron lo que consideran una “campaña de limpieza étnica”. HRW ha denunciado que las fuerzas militares birmanas han cometido «asesinatos, violaciones, arrestos arbitrarios y ataques incendiarios» en «cientos» de aldeas rohingyas, lo que ha llevado a 688.000 rohingyas a huir de Rajine con destino a Bangladesh
Casi un millón de desplazados
Desde que comenzó la ofensiva alrededor de un millón de personas han tenido que huir para salvar su vida. Todos llegaron a los campos de desplazados situados en Bangladesh. A pesar de los acuerdos firmados el pasado mes de enero, “ningún rohingya ha vuelto” dicen desde HRW. Las autoridades bangladesíes y birmanas firmaron un pacto para repatriar a todos los refugiados en un plazo de dos años donde insistían en que “tendrían en cuenta que la familia es una unidad”. Aun así, la vuelta a su lugar de origen no ha comenzado.
Por su parte, UNICEF ha puesto el foco en la infancia. La organización ha advertido que más de 720.000 menores están en riesgo en Bangladesh, ya que la llegada de la temporada de tifones se acerca. “Están atrapados” afirma el director de emergencias de la organización. Un informe de UNICEF cifra en 185.000 los niños que permanecen en Rajine, mientras que otros 534.000 figuran entre los refugiados en territorio bangladeshí.
Los rohingyas: la crisis de refugiados asiática
El alto comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Zeid Raad al Hussein, definió la situación que se vive en Birmania como un “ejemplo manual” de limpieza étnica contra una comunicada, en este caso la rohingya.
La represión por parte del Ejército de Myanmar, oficialista, comenzó el pasado 25 de agosto cuando un grupo insurgente atacó un puesto policial. Desde ese momento la respuesta contra la minoría musulmana se intensificó de una forma violenta y desproporcionada. Miles de personas tuvieron que huir en tan solo tres meses.
Este proceso de huida ha implicado que los crímenes contra ellos se haya demostrado de diferentes formas. Se han denunciado casos de acoso y violencia sexual contra mujeres y menores. Se les ha aislado para evitar que pudieran marcharse y se ha intentado que no tuvieran acceso a recursos básicos como comida o agua.