Más de 1.000 mujeres iraquíes han sido secuestradas por los militantes de Estado Islámico y su destino aún continúa incierto.
Testigos han relatado a The Independent que las mujeres capturadas, en su mayoría yazidíes, fueron dividas en dos grupos, jóvenes y mayores. Las integrantes del grupo más joven podrían ser obligadas a casarse con los combatientes yihadistas y forzadas a convertirse al islam.
Los militantes del Estado Islámico dan a las mujeres la posibilidad de elegir entre convertirse al islam, casarse y vivir en una casa propia, o, por otro lado, vivir una vida con miedo y encarceladas indefinidamente.
La interpretación de la ley islámica, sharia, del Estado Islámico no permite a las mujeres vivir solas.
La captura de las mujeres ha sido confirmada por numerosos testimonios de refugiados, activistas y mujeres capaces de establecer contacto a través de los teléfonos móviles que llevaban cuando fueron detenidas. Las identidades de las mujeres se mantienen ocultas para evitar que sean descubiertas por sus captores.
«Muchos combatientes provienen de lugares extranjeros y no tienen esposas, por lo que quieren que las mujeres se conviertan al islam para poder casarse con ellas», ha afirmado Hoshyar Zebari, un líder kurdo.
Las mujeres de otras confesiones también han sido detenidas, pero la mayoría son yazidíes, considerados infieles por los extremistas islámicos.