Tras ocho meses de investigación, la Organización de la Aviación Civil Internacional (OACI) presentó su informe preliminar sobre la tragedia del MH17. En su informe apunta que fue un daño estructural causado por el impacto externo de numerosos objetos es la causa del accidente.
Aunque no se publican imágenes del objeto que impactó en el avión, ni lo dice el informe, un análisis de las fotografías revela que el avión pudo ser derribado por un misil Buk. Dado que no se informó de ninguna emergencia, ni las condiciones climatológicas eran desfavorables ni los pilotos cometieron fallos…algún factor externo causó la tragedia.
Además, la descripción del impacto, «objetos externos de gran velocidad», se corresponde con el funcionamiento de los misiles Buk que cuando impactan sueltan pequeños trozos de metralla de alta velocidad. Los mísiles Buk fueron desarrollados por la Unión Soviética -que los puso en pleno funcionamiento en 1980- y luego por la Federación Rusa con el objetivo de abatir a cualquier tipo de objetivo volador.
De acuerdo con el Washington Post, los Buk, conocidos también como SA-11, son una clase de misiles tierra-aire de medio alcance lanzados por una plataforma móvil que puede golpear objetivos que van a alturas superiores a aquellas del vuelo MH17 y según algunas estimaciones, hasta un máximo de casi 25-30 kilómetros.
Los Buk fueron desarrollados por la Unión Soviética -que los puso en pleno funcionamiento en 1980- y luego porla Federación Rusa con el objetivo de abatir a cualquier tipo de objetivo volador.
Desde su inclusión en el sistema misilístico tuvo varias actualizaciones, la última fue el sistema 9K37M2 Buk-M2 conocido en occidente como SA-17 Grizzly.
Por otro lado, varios expertos de la revista de defensa Jane»s también confirman que el Buk puede ser uno de los misiles que pudo haber derribado al avión malasio, ya que sólo podría haber ocurrido lanzando misiles desde un sistema tierra-aire conocido como SAM. Según douch Richardson, director del área de misiles y cohetes, para atacar un avión que vuele a altura de crucero sería necesario utilizar este tipo de sistemas, que pueden ser los Buk o los Kub.
El sistema Kub, conocido como SA-6 Gainful, puede servir para blancos que estén a una altura de 8.000 metros, por lo que se quedaría corto. En cambio el Buk puede llegar a alcanzar hasta 22.000 metros de altura. Este sistema consiste en un radar, que ayuda a transmitir la posición de un objetivo aéreo; un vehículo y uno o más lanzadores, cada uno de éstos armado con cuatro misiles.
No obstante, para operar este sistema se requiere una tripulación entrenada.
Los satélites de EEUU rastrean al misil
Un tipo de avanzado satélite de fabricación estadounidense jugará un importante papel en la determinación, por parte de las autoridades de Inteligencia, del tipo de misil tierra-aire que derribó al avión malasio sobre Ucrania.
Este aparato está basado en una rama técnica del espionaje conocida como medición y firma de la Inteligencia o MASINT. Este método detecta, rastrea e identifica una variedad de firmas electrónicas, entre ellas el radar.
EEUU tiene controlados varios satélites que podrían haber escuchado e identificado la llegada del misil y su ubicación.
El Pentágono habría detectado el lanzamiento debido a su fuente de calor, dijo Riki Ellison, fundador y presidente de la Alianza de defensa de Misiles.
La Fuerza Aérea de EE.UU. tiene satélites en la órbita terrestre que utilizan sensores infrarrojos para detectar el calor que desprenden los misiles. El Programa de Apoyo a la Defensa, es un sistema que proporciona una alerta cuando se lanzan misiles internacionales.
Los satélites son lo suficientemente sensibles como para detectar puntos calientes en los incendios forestales, según asegura la Fuerza Aérea. Las instalaciones de radares de EE.UU. ayudan a seguir cualquier misil tierra-aire.