El fuego sigue vivo en Kiev. Una tensa calma se respira en la plaza de la Independencia después de que ayer el gobierno prendiese fuego a las barricadas que protegían el campamento de los opositores. Al menos 26 muertos y centenares de heridos es el balance de una brutal represión que hace presagiar el estallido de un conflicto civil en un país cada día más dividido.
Irina Ozymak, testigo directo de las revuelta en Maidan, explica a www.teinteresa que «tras la brutal represión de ayer, todos los campamentos están destrozados. Las tiendas, los hospitales, la cocina…todo está destruído«. La jornada de ayer fue tensa. «Los servicios especiales de la policía, con gases lacrimógenes, cañones de agua y disparos se enfrentaron a gente indefensa», asegura. «Jóvenes, adultos, médico, profesores» forman parte de ese grupo. Precisamente, explica que ellos «formaron una barrera frente a las barricadas para evitar que las fuerzas especiales, Berut, avanzasen«.
La de ayer, fue la jornada más sangrienta desde hace tres meses, cuando los partidarios de la integración en la Unión Europea salieron a las calles después de que el presidente anunciase que no firmaría el acuerdo con la Unión Europea. «Janukovich ha mentido a los ucranianos desde que llegó al poder y lo mismo ha hecho con el Parlamento , al que no hace caso», señala.
“Anoche, también en otras regiones de Ucrania Occidental, donde la mayoría de la población apoya las protestas y están contra la violencia de Yanukovich, los manifestantes bloquearon todo lo asociado con la máquina de represión del gobierno” explica Irina. No puede ocultar su preocupación ante la violenta situación que desconoce cómo terminará pero que si sabe por qué se desencadenó. «La culpa es de Yakunovich que no escucha a la gente«, concluye.