Malala, que recibió varios disparos cuando regresaba a casa de la escuela el pasado 9 de octubre en Mingora, en el valle del Swat (noroeste de Pakistán), fue trasladada a la ciudad británica para recibir tratamiento por las heridas sufridas.
Su padre Ziauddin Yousufzai, y otros miembros de su familia llegaron este jueves a Reino Unido para visitarla y ayudarla en su recuperación. «Para nosotros es un milagro (…) estaba en unas condiciones muy malas», ha reconocido a los periodistas.
«Está mejorando a una velocidad esperanzadora», ha añadido. «Estamos muy contentos (…) rezo por ella», ha señalado el progenitor de la pequeña, conocida en su país por hacer campaña a favor de la asistencia de las niñas a la escuela y que durante el control de los talibán del valle del Swat en 2009 elaboró un diario para la BBC relatando los abusos cometidos por estos.