Cientos de yihadistas extranjeros llegaron este fin de semana al norte de Malí ocupado desde hace siete meses por islamistas armados, para combatir junto a éstos en caso de intervención internacional para reconquistar esta región.
La llegada de estos yihadistas, en parte de Sudán y del Sahara occidental, se produce dos días después de una reunión en Bamako de los aliados internacionales de Mali, que manifestaron su «solidaridad» con las autoridades malienses para reconquistar esta región que representa dos tercios del territorio de ese país.
«En la región de Tombuctú (noroeste) y de Gao (noreste), cientos de yihadistas, esencialmente de nacionalidad sudanesa o de origen saharauí, llegaron como refuerzos para enfrentar un ataque de las fuerzas malienses y de sus aliados«, declaró una fuente de la seguridad maliense.
Un habitante de Tombuctú afirmó que «más de 150 islamistas sudaneses llegaron en 48 horas» a la ciudad.
Otra fuente allegada a una ONG, confirmó la llegada a Tombuctú y su región de sudaneses, pero también de islamistas «de otras nacionalidades». Tombuctú está bajo control de grupo islamista armado Ansar Din y Al Qaida en el Maghreb islámico AQMI.
En Gao, «desde el viernes, hay nuevos islamistas que vienen y se rinden a la policía islámica» del Movimiento por la Unidad y la Yihad en Africa del Oeste (MUJAO) que controla la ciudad, declaró un testigo.
Habib Ould Issuf, uno de los dirigentes del MUJAO en Gao, originario de Níger, confirmó la llegada de esos islamistas extranjeros.
«¿Quieren la guerra? Van a tener guerra. Es por esto que nuestros hermanos vienen de todas partes. Vienen de los campamentos de Tinduf en Argelia, de Senegal, de Costa de Marfil, de todas partes», afirmó.
La llegada de esos refuerzos se produce después de una reunión de alto nivel el viernes en Bamako donde participaron representantes de la ONU, de la Unión africana (UA), de la Unión Europea (UE), de la Comunidad económica de los Estados de Africa occidental (CEDEAO), como también de países vecinos como Argelia y Mauritania.
Este encuentro «dio ocasión a los participantes de unirse en la solidaridad con el pueblo maliense y de acordar con el Estado de Mali una movilización óptima en favor (…) de la unidad nacional y de la integridad territorial de Mali», según una declaración común.
El texto agrega que se pidió a las autoridades malienses que tomen «medidas inmediatas para facilitar los esfuerzos de la comunidad internacional» en la perspectiva de una intervención militar para reconquistar el Norte.
Una fuerza armada de unos 3.000 hombres provenientes de los países de la CEDEAO está siendo preparada con el aval de la ONU y con el apoyo logístico de países como Francia y Estados Unidos, pero su composición precisa y su financiamiento aún no han sido claramente fijados.
El ejército maliense sufrió una importante derrota frente a la ofensiva lanzada en enero por los rebeldes tuaregs del Movimiento nacional de liberación del Azawad (MNLA) aliado de los islamistas armados que desde entonces han tomado el control total del norte de Malí.
La caída del Norte en manos de los islamistas fue precipitada por un golpe de Estado militar que el 22 de marzo derrocó al presidente Amadou Toumani Touré. Los golpistas devolvieron el poder a las autoridades civiles de transición, pero siguen teniendo influencia en Bamako.
Desmoralizado y subequipado, el ejército maliense no está en condiciones de recuperar el Norte, donde los islamistas imponen brutalmente la charia (ley islámica).
Durante la reunión de Bamako, el presidente maliense interino Dioncounda Traoré, destacó «la urgencia de una intervención armada extranjera para liberar el norte de su país».