Mientras el mundo continúa llorando las 17 víctimas del horroroso atentado en París, a casi 6.000 kilómetros de distancia, organizaciones humanitarias denuncian la última masacre de Boko Haram contra las ciudades de Baga and Doron Baga donde han muerto, silenciosamente, cerca de 2.000 personas.
La solidaridad mundial tras los ataques yihadistas en París que terminaron con la vida de 17 personas, hicieron pasar a un segundo plano la matanza por parte de la milicia yihadista Boko Haram. Hasta estas dos ciudades, situadas en el castigado estado de Borno, no han viajado casi medio centenar de políticos ni ha generado una reacción social comparable a la de los ataques en Francia. Ni siquiera por parte de su presidente, el nigeriano Jonathan Goodluck, quién expresó sus condolencias al pueblo francés pero sobre el sufrimiento que padece el suyo, prefirió guardar silencio.
El slogan «Soy Baga», alusivo al «Yo soy Charlie», que se ha popularizado en todo el mundo, está circulando en las redes sociales, pero no para denunciar la matanza sino el olvido hacia las víctimas. Como ocurre en Siria, Palestina, Ucrania…los muertos nigerianos no valen lo mismo que los franceses.
Según los últimos datos del Instituto social de Violencia en Nigeria, la insurgencia en los estados del noreste del país está convirtiendo poco a poco a Nigeria en una de las más grandes áreas de conflicto en África, y podría ser clasificado como un gran problema mundial. Desde julio de 2009, la violencia de Boko Haram ha aumento considerablemente. En aquel año murieron 11.100 personas; entre 2013 y 2014, 7.000. Al año siguiente, entre enero y octubre de 2014, 5000 y este año, en solo cuatro días, ya suman 2.000. Una masacre silenciosa perpetrada por los yihadistas.
El ataque de enero uno de los más letales en la historia de Boko Haram
El ataque de las primeras semanas de enero es ya considerado uno de los más letales de la organización islamista. Los testigos describen, en CNN, que los terroristas irrumpieron en la aldea con lanzagranadas, dispuestos a arrasar con todo. Aterrorizados, los residentes se escondieron entre los arbustos y huyeron mientras los pistoleros subidos en motocicletas y camiones descargaron sus armas a sangre fría contra la población indefensa. Los que decidieron buscar refugio en sus casas, fueron quemados vivos y muchos de los que trataron de cruzar a nado el lago Chad, murieron ahogados.
Human Rights Watch estima que, en el caso de Doro Gowon, los ataques durante cuatro días destruyeron casi el 60% de una aldeas que hasta hace poco albergaba una base militar conjunta de varios países para luchar contra el crimen transnacional y, más recientemente, contra Boko Haram.
Sin embargo, la inestabilidad de la zona y los crecientes ataques del grupo islamista provocaron la retirada de todos los contingentes extranjeros, por lo que Boko Haram no encontró apenas resistencia cuando asaltó la población el pasado 3 de enero.
En el ataque de la semana pasada habría muerto 2.000, lo que supondría que serían los más mortíferos llevados a cabo por la secta islamista hasta la fecha, si bien el Gobierno sólo ha reconocido oficialmente el asesinato de 150 personas.
Los ataques en Nigeria son realmente difícil de contabilizar. Según explica la BBC, “los primeros indicios llegan a través de las redes sociales” y después existe hay un gran desafío para encontrar la verdad. “En primer lugar, en Baga no hay señal para teléfonos móviles desde hace meses, cuando los yihadistas atacaron torres repetidoras en el noreste y en segundo lugar, ”tanto el portavoz militar como los funcionarios de gobierno se mantuvieron callados o no contestaban las llamadas”
Mercados y niñas suicidas, señas de identidad de los islamistas
Durante el mes de enero, este no ha sido el único ataque en el país. Al menos una niña suicida se inmoló en un popular mercado de la localidad nigeriana de Maiduguri, en el estado de Borno. Los mercados y las niñas suicidas se están convirtiendo en la triste señal de identidad de los islamistas.
Gwoza, la capital del califato de Boko Haram
Boko Haram ha endurecido su cruzada de terror en el norte de Nigeria con centenares de asesinatos y la ocupación de territorios para declarar un califato islámico, un nuevo rumbo que sigue el reflejo del grupo yihadista Estado Islámico.
Al mismo tiempo que el EI cobraba visibilidad convirtiéndose en una de las amenazas internacionales más temibles por la brutalidad de sus acciones, con las que ha tomado el control de un amplio territorio de Irak y Siria, Boko Haram lanza su campaña repleta de similitudes.
Hasta el momento, más de 15 localidades del norte del país están bajo el control de los terroristas tras haber asesinado a centenares de personas, lo que supone su primer paso en firme para lograr el objetivo de implantar el estado islámico en el país.
Los últimos seis meses se han convertido en el periodo más sangriento en la historia de Boko Haram, que en lenguas locales significa «la educación no islámica es pecado» y lucha por imponer la ley islámica en Nigeria, país de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiana en el sur.
Nigeria vota el próximo 14 de febrero
Esta ola de atentados, perpetrada por los islamista de Boko Haram, se produce a un mes de las elecciones en Nigeria, primera economía de de África y el país más poblado del continente.
En momentos en que Boko Haram toma el control de vastos territorios y continúa sus sangrientos ataques buen ritmo en el noreste del país, entre éstos la reciente masacre, la inseguridad se ha convertido en el tema central de la campaña electoral nigeriana.
Según ACNUR, las atorcidades de Boko Haram han obligado a huir del país a 135.000 personas, unos 35.000 hacia Camerún y 10.000 hacia Chad, y otras 850.000 son desplazados dentro del propio territorio nigeriano.