Ambos presidentes muestran su «preocupación» porque esta condena «siente precedente» porque, a su juicio, «podría dar lugar a una situación en la que los científicos tengan miedo de dar su opinión como expertos, por temor a una persecución o a represalias».
«Parte de la política se basa en el asesoramiento científico y lo que hay que cultivar es un entorno que permita a los científicos contribuir con lo que razonablemente pueden, sin ser responsables de los pronósticos o juicios que no pueden hacer con confianza», han señalado.
Del mismo modo, Nurse ha apuntado en el documento que la situación en la que se encuentran los 6 científicos italianos pone de manifiesto «la difícil tarea» a la que se enfrentan los investigadores cuando deben hacer frente a la comunicación de un riesgo natural.
Nurse ha indicado que «este tipo de pronósticos no vienen con garantías» y que «por mucho que a los gobiernos les guste utilizar la ciencia para proporcionar respuestas simples a problemas complejos a los que se enfrenta la sociedad, no siempre es posible».
«El curso sensato es acudir a científicos expertos que pueden proporcionar pruebas y asesoramiento a medida de su conocimiento. A veces se equivocan, pero no se debe permitir que el deseo de perfección sea el enemigo de lo bueno», ha apuntado.