Durante un acto celebrado en la sede de Chatham House en Londres, Hariri ha resaltado que desde mayo «no ha dejado de hacer esfuerzos para formar un Gobierno de unidad». «Inicié consultas de buena fe para garantizar una representación justa en el Consejo de Ministros», ha agregado.
«Soy un hombre paciente, y estoy dispuesto a esperar para encontrar una solución. No se trata de mí, se trata de Líbano. Nuestro país no se puede permitir seguir sin Gobierno», ha destacado.
«Confío en que lograremos un Gobierno pronto, ya que todos somos conscientes de que la necesidad de estabilidad y crecimiento económico superan con creces cualquier agenda política», ha agregado Hariri durante sus palabras de apertura.
En las mismas, ha subrayado que el país «quiere paz y estabilidad». «Sabemos lo que es la guerra civil, mucho antes que otros países de la región, y aprendimos muchas lecciones», ha argumentado.
Asimismo, ha recordado que «Líbano está en un barrio muy, muy duro» y ha incidido en la necesidad de «trabajar muy duro para evitar que los fuegos de la vecina Siria se extiendan al país y evitar la escalada beligerante en la que el gobierno de (el primer ministro de Israel, Benjamin) Netanyahu parece estar embarcado».
Hariri ha tenido además palabras para el impacto de la crisis de refugiados en el país y ha recordado que en Líbano hay cuatro millones de libaneses y dos millones de refugiados sirios y palestinos.
En este sentido, ha recalcado que esta situación ha supuesto «una presión increíble sobre la infraestructura, los servicios sociales y la situación fiscal» del país, antes de reiterar que la ayuda humanitaria que se entrega a las autoridades «es bienvenida, pero no es suficiente».
Las declaraciones de Hariri han llegado apenas un día después de que el presidente del país, Michel Aoun, sostuviera varias reuniones de alto nivel para intentar alcanzar una solución a la crisis en el proceso de formación de Gobierno y afirmara que podría haber resultados en dos días.
Aoun mantuvo contactos con diversos parlamentarios, entre ellos los del grupo de representantes suníes afines al partido-milicia chií Hezbolá, centro en estos momentos de las principales dificultades para pactar un Ejecutivo.
Estos mismos parlamentarios indicaron tras el encuentro que la reunión con el mandatario se ha saldado sin una solución a la vista. Asimismo, acusaron a Hariri de bloquear los posibles avances.
LA INTERVENCIÓN DE AOUN
El propio Aoun anunció el martes que intervendría en los estancados esfuerzos para pactar un Gobierno y desveló «una iniciativa para asegurar la formación de Gobierno, especialmente dado que el peligro es alto». «Esta iniciativa deberá tener éxito ya que, en caso contrario, haremos frente a un desastre», sostuvo.
En este sentido, Aoun señaló que los desafíos existentes en la formación de Gobierno no pueden ser resueltos «de la manera tradicional» entre el primer ministro designado y el resto de partidos.
El propio Aoun recalcó el 21 de noviembre que el país «no puede permitirse el lujo de seguir perdiendo tiempo» en el proceso de formación de Gobierno, durante un discurso con motivo del 75º aniversario de la independencia.
«Mi llamamiento hoy a todos los altos cargos, partidos, movimientos y confesiones (…) es rechazar nuestras diferencias, dejar de lado nuestros intereses personales y mostrar un sentido de responsabilidad hacia aquellos que nos han confiado su destino», manifestó.
LOS PARLAMENTARIOS SUNÍES INDEPENDIENTES
El nuevo Gobierno estuvo cerca de formarse a finales de octubre después de que Fuerzas Libanesas aceptaran integrarse en el mismo, si bien en el último momento surgieron nuevas disputas en torno a la representación de los parlamentarios suníes independientes.
Hezbolá ha insistido en que estos parlamentarios cuenten al menos con un ministerio, lo que ha vuelto a estancar el proceso de formación del Ejecutivo, algo que ha criticado Hariri.
El propio Hariri acusó en noviembre al partido-milicia de estar obstaculizando sus esfuerzos para la formación del nuevo Gobierno. «Hay gente que no quiere que el país aproveche ninguna oportunidad y no quiere un Gobierno en Líbano», dijo.
Aoun designó nuevamente como primer ministro a Hariri el 24 de mayo, después de que el líder del Movimiento Al Mustaqbal recabara los apoyos necesarios en el Parlamento, después de los comicios celebrados ese mes.
La decisión de la Presidencia cumplió así con el complicado reparto de poderes en el país, que reserva el cargo de primer ministro a un suní. La reelección de Hariri se daba prácticamente por garantizada, debido a los apoyos con los que contaba el político.