En una entrevista concedida a la CBS, Panetta es el primer responsable gubernamental norteamericano que reconoce que el médico encarcelado por la Inteligencia paquistaní días después de dicho asalto, Shikal Afridi, colaboró con la CIA mediante una campaña de vacunación de la hepatitis B. Ésta sirvió para obtener pruebas de ADN de los miembros de la familia de Bin Laden que vivían en el complejo de Abbottabad, a pocos kilómetros de Islamabad, la capital de Pakistán.
Las muestras extraídas por Afridi fueron comparadas con los patrones que se tenían de Bin Laden. La CIA concluyó tras varias pruebas que el líder de Al Qaeda se encontraba en aquel complejo.
No obstante, fuentes del Gobierno estadounidense han desmentido que el doctor lograra ver a Bin Laden o que le sustrajera muestras de ADN. Por ende, la labor de Afridi fue «de mucha ayuda» para ejecutar el asalto, en palabras de Panetta, quien, además, ha criticado a Pakistán que acuse a Afridi de traición.
«Realizar este tipo de acciones contra alguien que está ayudando a perseguir el terrorismo, creo que es un verdadero error por su parte», ha argüido el secretario de Defensa norteamericano.
Por otra parte, Panetta tampoco cree que nadie en el Gobierno paquistaní conociera el paradero del difunto líder de la organización terrorista Al Qaeda. «Personalmente, siempre he sentido que alguien tenía que tener conocimiento de lo que estaba pasando en aquella vivienda», ha declarado. «No olvidemos que su vivienda era el complejo más grande en aquella zona», ha agregado Panetta.
Sobre el carácter secreto de la operación, Panetta ha alegado que «habían visto helicópteros militares sobrevolando dicho complejo y, por esta razón, nos preocupó al pensar que si hacíamos partícipe a Pakistán en esto, Bin Laden pudiera escapar».
El secretario de Defensa estadounidense ha realizado estas declaraciones, precisamente, en un momento en el que las relaciones bilaterales con Islamabad comenzaban a experimentar síntomas de mejora después de varios meses de sucesivas tensiones diplomáticas.
La «violación de la soberanía nacional» que supuso aquella operación, a ojos de Pakistán, y la matanza de 24 soldados paquistaníes en noviembre en un ataque perpetrado por aviones no tripulados estadounidenses minó completamente los lazos bilaterales entre ambos países.
Entre otros asuntos, desembocó en la salida de las tropas norteamericanas de muchas e importantes bases militares que Estados Unidos tenía en Pakistán, así como la suspensión del permiso de circulación a convoyes de suministro de la OTAN por territorio paquistaní.